7/6/12

«Les mostrará en el piso alto, una pieza grande, arreglada y dispuesta…»


Meditación con motivo de la solemnidad del Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Ciclo /B/

Textos:
Éxodo 24,3-8
Hebreos 9,11-15
San Marcos 14,12-16.22-26

EL día de hoy la celebración se centra en el misterio del Eucaristía, un misterio que es central dentro de la vida de fe, y conviene detenerse a entender y profundizar un poco el significado profundo de este acontecimiento al interno de la vida de la Iglesia. Cuando pensemos en la Eucaristía simplemente pensamos en la misa, en tomar la comunión, pero lo reducimos a un mero rito que en mucha ocasiones carece de sentido alguno, por ello, la liturgia se detiene a contemplar este misterio para entender y profundizar en este acontecimiento.
El texto del evangelio nos aproxima al significado de la Eucaristía. Centrémonos en diversos elementos que el texto nos presenta para entender lo que es la Eucaristía. Primeramente nos dice que la última cena, en dónde se instituye la Eucaristía se lleva a cabo en los festejos de la pascua, una fiesta que para los judías es muy importante pues les recuerda su identidad como pueblo. La pascua es el momento en donde han sido liberados de la esclavitud del Egipto, por ello, la pascua es signo de felicidad, de libertad, de unión con Dios que los ama y se encuentra con ellos. De tal manera que la pascua es un signo de alianza donde Dios está con su pueblo para liberarlos y llevarlos a la plenitud de la vida. Por tanto, la eucaristía está instituida en un contexto de alianza, de un pacto entre Dios y los hombres, por ello la Eucaristía es signo de la nueva alianza que Dios hace con los hombres.
En segundo lugar nos presenta el lugar donde se debe llevar a cabo esta cena, pero para ello hay un signo anterior: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo.» Este signo es sumamente curioso, puesto que en aquel tiempo llevar un cántaro era una tarea propia de las mujeres, no es una tarea que los hombres realizan, y Jesús les dicen que deben encontrar a un hombre que porta ese cántaro de agua. ¿Quién es ese hombre? Si lleva a gua, quiere decir que es portador de agua, y a lo largo del evangelio sólo un hombre que porta el agua, por decirlo de una manera, el único hombre en relación con el agua en el evangelio de Marcos es Juan el Bautista, es el hombre que llevaba a los hombres hacia el agua para bautizarlos y así llevarlos a la conversión, puesto que para el evangelio de Marcos ser bautizado con agua es el inicio de la conversión, del cambio de mentalidad para entender a Jesús. Por tanto este signo de seguir al hombre con el cántaro, significa que para preparar la pascua es necesaria una conversión, puesto que la pascua que van a preparar no es la pascua antigua, sino una nueva, es el momento de la renovación más profunda en el pensamiento del hombre, para entrar a una nueva dimensión de la alianza.
Esto nos lleva a una realidad muy importante de cara a al Eucaristía. Para celebrar la Eucaristía es necesario seguir al hombre con el cántaro de agua, es decir, debemos de cambiar de mentalidad. Celebrar la Eucaristía implica dejar de verlo todo como un rito, sino que se debe abrirse y ver una realidad más profunda. Cuántas veces vemos la Eucaristía como un rito, como algo que debemos hacer porque es lo normal, o para que nos vaya bien. Pero no es un encuentro con Dios, no es una alianza en donde realmente nos encontramos con Jesús, simplemente se reduce a un mero rito, una práctica o una mera devoción, pero no ese su veredero significado. Por celebrar la Eucaristía deberíamos de purificarnos y cambiar nuestra manera de ver las cosas. Y ello implica descubrir el significado de la Eucaristía como lo presentan el mismo texto a continuación.
El lugar donde se indica que se debe de celebrar esta alianza contiene elementos importantes, pues demuestran cual es su significado y por consecuencia, el significado de la Eucaristía. En primer lugar dice que  este hombre «les mostrará en el piso alto.» La estancia donde se debe celebrar la pascua es en el piso de arriba. El hecho que este arriba implica un fuerte símbolo, implica la acción de subir, así como Moisés debía subir al monte para encontrarse con Dios y llevar el pronunciamiento de la alianza, ahora para la nueva alianza deben de subir, por tanto deben buscar a Dios. Así, el hecho de que esté arriba, implica la acción de buscar a Dios, pero cuando el hombre sube, busca a Dios, Dios lo encuentra.
La Eucaristía es precisamente un acto de búsqueda de Dios, es el subir. El hombre que comulga es porque busca a Dios, busca a Jesús y sobre todo quiere dejarse encontrar por él. Cuantas veces se comulga si dejarnos encontrar a Dios, ni querer buscarlo. A veces sólo se busca el bienestar el cumplir, pero no buscamos a Dios y no lo descubrimos que está dentro de n nosotros, que nos quiere encontrar. Al contrario podemos comulgar y seguir siendo los mismos, sin ningún cambio porque en realidad no nos hemos dejado encontrar por Dios, lo dejamos al margen de nuestras vidas.
En segundo lugar nos dice, que este lugar es «una habitación grande.» El hecho que sea grande, indica que es para todos, no es un ligar pequeño, sino que es para todos. Nadie queda excluido de esta acción, la salvación que trae esta alianza es para todos, no es sólo para algunos, para un grupo privilegiado, todos pueden acceder a él. Así, la Eucaristía es un sacramento universal, para todos, para que todos puedan acercarse a Jesús y puedan participar de la alianza. Por ello, al Eucaristía implica sr abiertos a todos y por tanto superar el egoísmo, superar las envidias, superar todo aquello que puede excluir a alguien de nuestras vidas.
Finalmente nos dice que está «Arreglada y dispuesta.» Es una estancia que ya esta acomodada, no dice que ellos deban de arreglarla, no dice que deban preparar algo especial, todo está bien dispuesto. Quiere decir que la alianza nueva que se va a celebrar ahí, ya está bien colocado. La alianza no depende del hombre, sino de Dios, Dios dispone todo. La Eucaristía no es un acto donde los hombres llevan a cabo estas cosas, sino Dios quien actúa, el problema es que las personas lo ven como un acto de sus fuerzas, creen que cumpliendo con su comunión dominical es suficiente, “yo hago lo que me toca”, pudieran decir algunos, siendo que la alianza no es de lo que le toca a uno, sino ver como Dios dispone todo para la salvación, es dejarse encuentra y que Dios salve, renueve, transforme al hombre, es solamente gracia.
De tal manera que el texto nos indica como poder entender la Eucaristía, no como un rito sino en calve de alianza, de amistad con Dios. Un sacramento que nos debe llevar a reconocer que nos debemos dejar encontrar con Dios, que quiere transformarnos, quitando de nuestro corazón todo aquello que nos hace excluir a los demás y que todo es posible porque es la gracia de Dios que actúa en nosotros. Que realmente cada vez que celebremos la Eucaristía podamos transformar nuestra historia con la gracia de Dios.