Meditación con motivo del Segundo Domingo del tiempo ordinario
Ciclo /B/
Textos:
1 Samuel 3,3b-10.19
1 Corintios 6,13c-15a.17-20
San Juan 1,35-42
Un elemento vital en el desarrollo del hombre es sin duda la necesidad de mediaciones para acceder a otra realidad o bien para encontrase con alguna persona. Si lo pensamos bien, cada vez que buscamos alcanzar algo, conocer una realidad o incluso que se nos presente con una cierta persona, buscamos a alguien que pueda acercarnos a esa realidad, para conocer, para aprender, para poder entrar en contacto.
Por tanto, todos nosotros estamos inmersos en una serie de mediaciones que nos facilitan encontrarnos con los demás o con algo, el problema está que no siempre son lo mejor que nos puede ayudar. Hay veces que las mediaciones son incompletas, o nos llevan hacia donde deberíamos.
Hoy día ah y cantidad de mediaciones, uno de ellos por ejemplo es el internet y con unos cuantos segundo podemos acceder a cantidad de informaciones, que nos procuren acercarnos a cantidad de cosas, sin embargo, no toda esa información a veces es veraz o bien puede desviar la dirección de lo que realmente buscamos.
Otra mediaciones son los maestros, cuántas veces los maestros son aquellos que deben enseñar a sus alumnos a conocer las cosas, a acercarse al conocimiento, pero muchas veces no es así. Muchas veces sólo enseñan lo que aquellos les convienen o bien solo les infunden a los alumnos sus ideas, pero no lo que realmente deban aprender, no porque ello sea malo, pero a veces descuidan lo más importante para sólo colocar lo que ellos quieren que aprendan. O incluso a veces ni sueñan, no se preparan los maestros de manera que los alumnos no sean capaces ni de entender ni comprender lo que les corresponde. Son malos maestros, malos guías que desvían la verdad, y evaden su responsabilidad, ya sea por pereza o bien por querer sólo anteponer su ideales meramente personales.
Otros mediadores importantes en la sociedad son los padres de familia, que a veces por sus intereses, su trabajo puede olvidarse o descubra de guiar a sus hijos por el camino de la verdad y la honestidad, de la sinceridad y de la generosidad. Los papás deben ser esos maestros que enseñen los pilares, que enseñen el respeto, el amor, la responsabilidad pues esas son las bases de la sociedad, las bases para buscar auténticamente lo que es veredero y ayuda en la vida al hombre
Otros son los líderes de opinión, los líderes políticos, pero muchas veces son incapaces de conducir a la verdad, se quedan en el mero proselitismo, en sus meros intereses de índole política y protagonismo, pero no conducen a lo que edifica o ayuda. Incluso los líderes religiosos se pueden quedar muchas veces en meros sentimentalismos y no instruir, no ayudar a entender el misterio de Dios.
El mundo necesita líderes que realmente llevan al mundo al hombre al conocimiento de la verdad, de lo que realmente instruye, de lo que realmente ayuda, de lo que realmente puede hacer feliz al hombre.
El día de hoy la liturgia nos presenta este tema de los hombres que son mediadores en la historia. En la primera lectura vemos al joven Samuel que escucha la llamada de Dios pero no sabe reconocerla, pero gracias a la paciencia y sabiduría de Elí, éste es capaz de escucharla y llegará a convertirse en profeta. Por tanto Elí, ha sabido guiar a Samuel al encuentro de Dios, a entender un mensaje, una llamada especial en medio de su vida.
Hoy es necesario saber guiar a los hombres en medio de tantas voces y distinguir las voces que en realidad dañan, destruyen, son promesas falsas o pasajeras. Hoy más que nunca se necesita de esta realidad. Se necesitan guías que ayuden a ver que no todas las voces son de confiar. Se necesitan papás que sean guías y sepan ayudar a sus hijos a reconocer que hay voces que los quieren llevar a la violencia, a las drogas, a una vida sin compromiso y sin esperanza. Se necesitan guías que busquen auténticos caminos de paz y seguridad en medio del mundo, que sepan guiar a los demás por las voces de la justicia y la honestidad.
EN segundo lugar escuchamos hoy en el evangelio el ejemplo de un segundo mediador que es Juan el Bautista que de igual manera sabe guiar a sus discípulos señalándoles a quien deben de seguir: «Miren al Cordero de Dios.» Y podemos observar como inmediatamente los deja ir, no los retiene para sí, sino que los invita para que descubran quien es Jesús y así se vayan encontrando con él. Juan se queda estático y ellos comenzar a moverse, deben descubrir que ahora su vida es dejar al Bautista para encontrase con Jesús. Un buen mediador, un buen guía es aquel que saber llevar a los demás a lo que les conviene, no se queda con las personas, ni tratar de que se queden sólo con sus ideas, sino que abran horizontes que sean críticos, que nos e queden sólo con lo que él piensa, sino que vayan más allá, y que sean capaces de seguir creciendo y madurando.
Estos discípulos deben seguir a Jesús y comprender que ahora ellos deben iniciar una nuevo camino, su vida ahora no es sólo de una idea, sino de una proyección; ellos deben de ir haciendo camino. Estos discípulos abandonan a Juan y ahora deben ser discípulos de Jesús es dejar detrás lo antiguo. No porque deba de olvidarse, sino porque uno debe conocer la novedad que trae Jesús.
Y cuando se habla de “seguir”, implica caminar junto con el otro que señala el camino. A partir de ahora no soy yo el que marca el camino, sino que es otro el que me va demostrando el camino, el que lo va señalando. Por lo tanto, ser discípulo es la invitación a dejarse sorprender y ver el camino que Jesús propone, no el que yo quiera. Y es que el camino de Jesús es el camino de la entrega, la generosidad, el perdón, la humildad. En otras palabras es el camino del Evangelio.
Juan le Bautista finalmente ha preparado a sus discípulos para este momento para que empiecen a caminar y se abran a al novedad que trae Jesús, que sean capaces de crecer, de madurar y de ir creciendo en medio de este camino.
El mundo necesita hombres y mujeres que sean buenos guías que lleven a la verdad, que guíen hacia lo que realmente hace crecer y madurar en la vida del hombre. Que sean como Elí que sabe ayudar a distinguir entre las voces, que sean como Juan que los ayudan a superar y abrirse hacia un camino de madurez en la vida. Y si lo vemos a la luz de las lecturas hoy se necesitan auténticos guías que sepan llevar hacia el encuentro con Dios, y que sepan ayudar a los hombres a descubrir que ahí está la verdad que hace libre al hombre y lo transforma profundamente.
Ciclo /B/
Textos:
1 Samuel 3,3b-10.19
1 Corintios 6,13c-15a.17-20
San Juan 1,35-42
Un elemento vital en el desarrollo del hombre es sin duda la necesidad de mediaciones para acceder a otra realidad o bien para encontrase con alguna persona. Si lo pensamos bien, cada vez que buscamos alcanzar algo, conocer una realidad o incluso que se nos presente con una cierta persona, buscamos a alguien que pueda acercarnos a esa realidad, para conocer, para aprender, para poder entrar en contacto.
Por tanto, todos nosotros estamos inmersos en una serie de mediaciones que nos facilitan encontrarnos con los demás o con algo, el problema está que no siempre son lo mejor que nos puede ayudar. Hay veces que las mediaciones son incompletas, o nos llevan hacia donde deberíamos.
Hoy día ah y cantidad de mediaciones, uno de ellos por ejemplo es el internet y con unos cuantos segundo podemos acceder a cantidad de informaciones, que nos procuren acercarnos a cantidad de cosas, sin embargo, no toda esa información a veces es veraz o bien puede desviar la dirección de lo que realmente buscamos.
Otra mediaciones son los maestros, cuántas veces los maestros son aquellos que deben enseñar a sus alumnos a conocer las cosas, a acercarse al conocimiento, pero muchas veces no es así. Muchas veces sólo enseñan lo que aquellos les convienen o bien solo les infunden a los alumnos sus ideas, pero no lo que realmente deban aprender, no porque ello sea malo, pero a veces descuidan lo más importante para sólo colocar lo que ellos quieren que aprendan. O incluso a veces ni sueñan, no se preparan los maestros de manera que los alumnos no sean capaces ni de entender ni comprender lo que les corresponde. Son malos maestros, malos guías que desvían la verdad, y evaden su responsabilidad, ya sea por pereza o bien por querer sólo anteponer su ideales meramente personales.
Otros mediadores importantes en la sociedad son los padres de familia, que a veces por sus intereses, su trabajo puede olvidarse o descubra de guiar a sus hijos por el camino de la verdad y la honestidad, de la sinceridad y de la generosidad. Los papás deben ser esos maestros que enseñen los pilares, que enseñen el respeto, el amor, la responsabilidad pues esas son las bases de la sociedad, las bases para buscar auténticamente lo que es veredero y ayuda en la vida al hombre
Otros son los líderes de opinión, los líderes políticos, pero muchas veces son incapaces de conducir a la verdad, se quedan en el mero proselitismo, en sus meros intereses de índole política y protagonismo, pero no conducen a lo que edifica o ayuda. Incluso los líderes religiosos se pueden quedar muchas veces en meros sentimentalismos y no instruir, no ayudar a entender el misterio de Dios.
El mundo necesita líderes que realmente llevan al mundo al hombre al conocimiento de la verdad, de lo que realmente instruye, de lo que realmente ayuda, de lo que realmente puede hacer feliz al hombre.
El día de hoy la liturgia nos presenta este tema de los hombres que son mediadores en la historia. En la primera lectura vemos al joven Samuel que escucha la llamada de Dios pero no sabe reconocerla, pero gracias a la paciencia y sabiduría de Elí, éste es capaz de escucharla y llegará a convertirse en profeta. Por tanto Elí, ha sabido guiar a Samuel al encuentro de Dios, a entender un mensaje, una llamada especial en medio de su vida.
Hoy es necesario saber guiar a los hombres en medio de tantas voces y distinguir las voces que en realidad dañan, destruyen, son promesas falsas o pasajeras. Hoy más que nunca se necesita de esta realidad. Se necesitan guías que ayuden a ver que no todas las voces son de confiar. Se necesitan papás que sean guías y sepan ayudar a sus hijos a reconocer que hay voces que los quieren llevar a la violencia, a las drogas, a una vida sin compromiso y sin esperanza. Se necesitan guías que busquen auténticos caminos de paz y seguridad en medio del mundo, que sepan guiar a los demás por las voces de la justicia y la honestidad.
EN segundo lugar escuchamos hoy en el evangelio el ejemplo de un segundo mediador que es Juan el Bautista que de igual manera sabe guiar a sus discípulos señalándoles a quien deben de seguir: «Miren al Cordero de Dios.» Y podemos observar como inmediatamente los deja ir, no los retiene para sí, sino que los invita para que descubran quien es Jesús y así se vayan encontrando con él. Juan se queda estático y ellos comenzar a moverse, deben descubrir que ahora su vida es dejar al Bautista para encontrase con Jesús. Un buen mediador, un buen guía es aquel que saber llevar a los demás a lo que les conviene, no se queda con las personas, ni tratar de que se queden sólo con sus ideas, sino que abran horizontes que sean críticos, que nos e queden sólo con lo que él piensa, sino que vayan más allá, y que sean capaces de seguir creciendo y madurando.
Estos discípulos deben seguir a Jesús y comprender que ahora ellos deben iniciar una nuevo camino, su vida ahora no es sólo de una idea, sino de una proyección; ellos deben de ir haciendo camino. Estos discípulos abandonan a Juan y ahora deben ser discípulos de Jesús es dejar detrás lo antiguo. No porque deba de olvidarse, sino porque uno debe conocer la novedad que trae Jesús.
Y cuando se habla de “seguir”, implica caminar junto con el otro que señala el camino. A partir de ahora no soy yo el que marca el camino, sino que es otro el que me va demostrando el camino, el que lo va señalando. Por lo tanto, ser discípulo es la invitación a dejarse sorprender y ver el camino que Jesús propone, no el que yo quiera. Y es que el camino de Jesús es el camino de la entrega, la generosidad, el perdón, la humildad. En otras palabras es el camino del Evangelio.
Juan le Bautista finalmente ha preparado a sus discípulos para este momento para que empiecen a caminar y se abran a al novedad que trae Jesús, que sean capaces de crecer, de madurar y de ir creciendo en medio de este camino.
El mundo necesita hombres y mujeres que sean buenos guías que lleven a la verdad, que guíen hacia lo que realmente hace crecer y madurar en la vida del hombre. Que sean como Elí que sabe ayudar a distinguir entre las voces, que sean como Juan que los ayudan a superar y abrirse hacia un camino de madurez en la vida. Y si lo vemos a la luz de las lecturas hoy se necesitan auténticos guías que sepan llevar hacia el encuentro con Dios, y que sepan ayudar a los hombres a descubrir que ahí está la verdad que hace libre al hombre y lo transforma profundamente.
EL MUNDO NECESITA...BUENOS GUÍAS...
ResponderEliminar... ELLOS DEBEN INICIAR UN NUEVO CAMINO...
¡CÓMO RECUERDO SU CLASE CUANDO NOS HABLÓ DE LA MUERTE DE NUESTRO SEÑOR Y LA MISIÓN QUE LE DEJÓ A SU SANTÍSIMA MADRE Y A SAN JUAN. RECUERDO PERFECTO QUE NOS DIJO: "CUANDO EL DISCÍPULO ESTÁ PREPARADO DEBE CONTINUAR SU CAMINO CON RESPONSABILIDAD... ¡QUÉ FRÍO SENTÍ EN MI MÉDULA ESPINAL...! A POCO MÁS DE 3 AÑOS, VEO QUE:
-ESTA "aprendiz", NI ESTÁ PREPARADA Y NI PUEDE EJERCER NADA PUES NO HA ADQUIRIDO LO NECESARIO PARA RESPONSABILIZARSE
¿DÓNDE Y CUÁNDO SON LAS INSCRIPCIONES PARA SUS PRÓXIMAS CLASES, PADRE ESTÉBAN? ¿EN QUÉ FILA ME FORMO? ¡POR FAVOR, MÁS CLASES!