Meditación con motivo de la fiesta de San Esteban
Textos:
Hechos 6,8-10.7,54-59
San Mateo 10,17-22
EL misterio de la Navidad está íntimamente relacionado con el misterio pascual. Ya desde el mismo evangelio de san Lucas se entrevé esta realidad, porque cuando san Lucas nos dice que el niño es colocado y recostado en el pesebre, curiosamente son las mismas palabras que utilizará al final de su evangelio para describir como Jesús será puesto en el sepulcro. De tal manera que, ya el mismo evangelista ve como existe una relación entre el nacimiento y la muerte de Jesús.
Incluso ya desde la iconografía cristiana, desde las primeras imágenes del cristianismo se ve esta relación entre nacimiento y muerte. Pues en las representaciones del nacimiento de los primeros siglos podemos observar cómo se representa al niño Jesús, que parece amortajado, como si lo fueran a enterrar, y el pesebre tiene la forma de un sepulcro. Por tanto ya los mismos artistas expresan que en el nacimiento se ve el acontecimiento de la muerte de Jesús.
Esto se debe precisamente a que el misterio de navidad, es un misterio que tiende a ver el acontecimiento de salvación que se dará en la cruz. Jesús nace y con él viene la salvación, por tanto se vislumbra el acontecimiento pascual. Sería superficial quedarse en el acontecimiento de Belén y no ver en la natividad la llamada a la salvación, que se dará en el misterio pascual.
Incluso la misma liturgia nos invita precisamente a no perder de vista que el nacimiento de Jesús, que la fiesta de navidad tiene por objetivo caminar hacia el misterio pascual. Por ello, después de celebrar la natividad de Jesús se nos invita a celebrar la fiesta del protomártir san Esteban. Parecería contradictorio, pues ayer veíamos el nacimiento de un niño y hoy contemplamos el martirio de un hombre. Pero con esta fiesta de hoy, la liturgia quiere poner de manifiesto que la navidad va estrechamente ligada al acontecimiento de la muerte, de la entrega de la vida.
De tal modo, que ahora esto nos invita a ver el compromiso que nos da el celebrar la navidad. Pus después de encontrarnos con el niño de Belén, ahora nos debemos de comprometer y de dar testimonio de este encuentro dando la vida, como Cristo la dará.
Por ello el evangelio nos dice: «Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir.» Con estas palabras se da la invitación para descubrir que el testimonio no es con las palabras, no es algo meramente intelectual, sino que va más allá, dice Jesús que «el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.» Con esto nos quiere decir que es la fuerza de Dios la que nos hace dar testimonio, el permitir que él esté dentro, que él nos impulse. Finalmente el testimonio no es de palabras o discursos, sino con la vida misma, en la cual nos asemejamos a Cristo y lo anunciamos. El mismo san Esteban así lo hizo, se asemejó en todo, dando testimonio realmente de su encuentro con Cristo, y el mismo libro de los Hechos de los Apóstoles lo ponen en paralelo con la pasión de Cristo, para demostrar que da testimonio asemejándose a Jesús. Del mismo modo nosotros debemos asemejarnos y dar el testimonio.
Con esta fiesta se nos invita a no quedarnos viendo sólo el nacimiento que ciertamente es una escena hermosa y tierna, sino a comprometernos y a empezar a dar testimonio del niño que ha nacido en Nazaret, que bien a salvarnos y nosotros queremos hacer visible esa salvación.
Textos:
Hechos 6,8-10.7,54-59
San Mateo 10,17-22
EL misterio de la Navidad está íntimamente relacionado con el misterio pascual. Ya desde el mismo evangelio de san Lucas se entrevé esta realidad, porque cuando san Lucas nos dice que el niño es colocado y recostado en el pesebre, curiosamente son las mismas palabras que utilizará al final de su evangelio para describir como Jesús será puesto en el sepulcro. De tal manera que, ya el mismo evangelista ve como existe una relación entre el nacimiento y la muerte de Jesús.
Incluso ya desde la iconografía cristiana, desde las primeras imágenes del cristianismo se ve esta relación entre nacimiento y muerte. Pues en las representaciones del nacimiento de los primeros siglos podemos observar cómo se representa al niño Jesús, que parece amortajado, como si lo fueran a enterrar, y el pesebre tiene la forma de un sepulcro. Por tanto ya los mismos artistas expresan que en el nacimiento se ve el acontecimiento de la muerte de Jesús.
Esto se debe precisamente a que el misterio de navidad, es un misterio que tiende a ver el acontecimiento de salvación que se dará en la cruz. Jesús nace y con él viene la salvación, por tanto se vislumbra el acontecimiento pascual. Sería superficial quedarse en el acontecimiento de Belén y no ver en la natividad la llamada a la salvación, que se dará en el misterio pascual.
Incluso la misma liturgia nos invita precisamente a no perder de vista que el nacimiento de Jesús, que la fiesta de navidad tiene por objetivo caminar hacia el misterio pascual. Por ello, después de celebrar la natividad de Jesús se nos invita a celebrar la fiesta del protomártir san Esteban. Parecería contradictorio, pues ayer veíamos el nacimiento de un niño y hoy contemplamos el martirio de un hombre. Pero con esta fiesta de hoy, la liturgia quiere poner de manifiesto que la navidad va estrechamente ligada al acontecimiento de la muerte, de la entrega de la vida.
De tal modo, que ahora esto nos invita a ver el compromiso que nos da el celebrar la navidad. Pus después de encontrarnos con el niño de Belén, ahora nos debemos de comprometer y de dar testimonio de este encuentro dando la vida, como Cristo la dará.
Por ello el evangelio nos dice: «Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir.» Con estas palabras se da la invitación para descubrir que el testimonio no es con las palabras, no es algo meramente intelectual, sino que va más allá, dice Jesús que «el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.» Con esto nos quiere decir que es la fuerza de Dios la que nos hace dar testimonio, el permitir que él esté dentro, que él nos impulse. Finalmente el testimonio no es de palabras o discursos, sino con la vida misma, en la cual nos asemejamos a Cristo y lo anunciamos. El mismo san Esteban así lo hizo, se asemejó en todo, dando testimonio realmente de su encuentro con Cristo, y el mismo libro de los Hechos de los Apóstoles lo ponen en paralelo con la pasión de Cristo, para demostrar que da testimonio asemejándose a Jesús. Del mismo modo nosotros debemos asemejarnos y dar el testimonio.
Con esta fiesta se nos invita a no quedarnos viendo sólo el nacimiento que ciertamente es una escena hermosa y tierna, sino a comprometernos y a empezar a dar testimonio del niño que ha nacido en Nazaret, que bien a salvarnos y nosotros queremos hacer visible esa salvación.
GRACIAS A DIOS. GRACIAS PADRE STEPHANUS.
ResponderEliminarLEER SU HOMILÍA ME PROVOCA ESTA ORACIÓN:
SEÑOR NUESTRO, TE SUPLICO NACER EN JESUCRISTO Y MORIR EN JESUCRISTO. AMÉN
SAN ESTÉBAN, GRACIAS POR TU ENTRGA Y POR LO QUE NOS DEJASTE: SI STEPHANUS NON ORASSET, ECCLESIA PAULUM NON HABERET.
¡QUÉ HERMOSO: SER SERVIDOR Y TESTIGO!
¡FELICIDADES PADRE!
GRACIAS A DIOS. GRACIAS PADRE STEPHANUS.
ResponderEliminarLEER SU HOMILÍA ME PROVOCA ESTA ORACIÓN:
SEÑOR NUESTRO, TE SUPLICO NACER EN JESUCRISTO Y MORIR EN JESUCRISTO. AMÉN
SAN ESTÉBAN, GRACIAS POR TU ENTRGA Y POR LO QUE NOS DEJASTE: SI STEPHANUS NON ORASSET, ECCLESIA PAULUM NON HABERET.
¡QUÉ HERMOSO: SER SERVIDOR Y TESTIGO!
¡FELICIDADES PADRE!