29/6/09

Ser Iglesia

Meditación en la solemnidad de san Pedro y san Pablo
Textos:
Hch de Apóstoles 12,1-11
2 Carta a Timoteo 4,6-8.17-18
San Mateo 16, 13-19

Hoy en la fiesta de San Pedro y san Pablo, la liturgia nos la oportunidad para reflexionar en nuestra identidad como Iglesia. Nos muestra qué quiere decir que pertenezcamos a la Iglesia. El texto del evangelio parece darnos un aproximado a lo que quiere decir nuestra identidad eclesial.
Primeramente Jesús pregunta sobre su identidad. Sólo podernos entender nuestra identidad como iglesia, a partir de lo que Jesús significa para nosotros. La pregunta que Jesús hace es vital para entender nuestra vida de fe, puesto que es necesario sincerarnos y reconocer que papel juega Jesús en nuestra vida. A lo mejor Jesús es simplemente algo pasajero, sólo me acuerdo de Jesús de vez en cuando, cuando necesito un favor, cuando padezco una necesidad, pero de ahí en fuera me olvido totalmente de Jesús. O a lo mejor Jesús es simplemente algún personaje importante en la historia, pero sólo es algo del pasado que hoy en día no me importa.
Reconocer a Jesús quien es vital para reconocer nuestro papel en la Iglesia, y es Pedro quien nos marca quien es Jesús: «Tu eres el Mesías el hijo del Dios vivo.» manifestar que es el “Mesías” implica que en Jesús se cumplen todas la expectativas del Antiguo Testamento. Es el sentido de toda la historia del pasado. Ello implica que Jesús es la plenitud de la historia, de nuestra vida. Ser Iglesia implica reconocer que Jesús es quien da sentido a nuestra vida, que Jesús no nos deja, que Jesús es quien ilumina mi vida, quien me ayuda, me impulsa para seguir adelante. Sería importante que en este día nos confrontáramos y descubriéramos que tan importante es Jesús en nuestra vida, qué tanto nos ayuda y da sentido a mi vida la presencia salvadora de Jesús. En segundo lugar llamarlo “hijo del Dios vivo”, nos remite a la acción salvadora en el presente y el futuro, puesto que Dios vive, Dios nos transforma aquí y en el futuro, por tanto Jesús es el hijo del Dios vivo en cuanto que da sentido a nuestro caminar hacia el futuro. Ser Iglesia se entiende desde Jesús que nos anima y caminamos junto con él pues da sentido y plenitud a nuestra vida.
Por tanto, nuestro primer punto es fundamental: pertenecer a la Iglesia es pertenecer a Cristo. En segundo lugar Jesús le dice a Pedro que sobre esa piedra construirá a la Iglesia, de ahí que ser Iglesia es ante todo ser comunidad. Por tanto la Iglesia no se entiende como una isla, sino que debe de ser vida en común. Ser Iglesia implica construir comunidad. Ser Iglesia implica ir estrechando lazos, estrechar la mano para caminar juntos. No se puede pertenecer a la Iglesia si simplemente vamos siendo egoístas, si vamos causando divisiones, si levantamos chismes o dejamos de hablar a los demás.
Pertenecer a la Iglesia es tener la capacidad de construir, es la capacidad de atraer a los demás y estar en perfecta comunión. Para ello es importante que primeramente se vayan trazando lazos de unión entre los miembros de una familia. Para que esto sea una realidad es necesario que se lleve a cabo un dialogo constante, que rechacemos la violencia, vivir en actitud de perdón, tratar de ayudar a los demás, preocuparnos por los hijos o padres, escuchar a los diferentes miembros de la familia venciendo la indiferencia. Cuando tratamos de acercarnos a los demás ara que vivan mejor es ahí en donde comienza el momento de unidad. Ser Iglesia implica renunciar a todo tipo de apatía, de rencor, de indiferentismo.
En tercer lugar el texto evangélico nos muestra que Jesús le da la promesa a Pedro para que los poderes de los infiernos no prevalecerán sobre la Iglesia. Los infiernos refiere al lugar de los muertos, por tanto es una promesa en la cual Jesús promete a vida de la Iglesia la fuerza suficiente para vencer la muerte. De ahí que como Iglesia debemos vencer todo aquello que produce la muerte, vencer los odios, la violencia, los rencores; todo aquello que causa en nuestra vida una situación de muerte, de destrucción. No podemos decir que la muerte, la destrucción es más fuerte que nosotros porque no es así, el cristiano tiene por la gracia de Jesucristo la capacidad de vencer todo aquello que le limita y le destruye. Ser Iglesia por tanto es tener la capacidad de ir venciendo nuestras destrucciones, nuestros elementos de muerte e ir generando una cultura de vida y de amor.
Finalmente Jesús hace una promesa de atar y desatar: «Todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.» Con esto Jesús da potestad a Pedro reconociéndole que tiene una autoridad para dar y generar salvación en la vida de la iglesia. Atar y desatar para dar todos los elemento necesarios a fin de presentar el camino de salvación. Lo que la Iglesia nos enseña en el fondo es camino de salvación, cuando prohíbe algo, sanciona ciertas cosas, lo hace única y exclusivamente para proporcionar la salvación y lograr vivir totalmente el evangelio.
Si esto lo aplicáramos a nosotros mismos, a nuestro ser Iglesia, podríamos descubrir entonces que nuestras acciones repercuten para nuestra salvación. Deberíamos de atar todo aquello que nos favorece en nuestra vida, para que se quede con nosotros y eso nos guíe en el camino de la salvación. Desatar aquellos sentimiento o acciones que no nos sirven para nada, y lejos de ayudarnos nos impide nuestra realización. Con esto se nos invita a descubrir que se Iglesia es buscar a toda costa nuestra propia salvación, con la ayuda de la gracia de Cristo.
Ser iglesia por tanto es una tarea importante, y al celebrar a san Pedro y san Pablo estamos comprometiéndonos a vivir como ellos adentrándonos en Cristo, construyendo comunidad y buscando a toda costa nuestra salvación por medio de las directrices del Evangelio.

1 comentario:

  1. PADE:AMO A JESUS.Reconozco que llevo muchos años desperdiciados.PERO,CON LA PRESENCIA DE EL EN MI VIDA,MIS PROYECTOS FUTUROS SERAN VALIOSOS.EL siempre ha estado en mí y conmigo.¡YA ES TIEMPO QUE YO LE DIGA, CON HECHOS, LO ENAMORADA Y AGRADECIDA QUE ESTOY DE EL!

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