16/8/09

Eucaristía: Verdadera comunión con la vida de Cristo

Meditación del XX Domingo Ordinario
Ciclo /B/

Textos:
Proverbios 9,1-6
Carta a los efesios 5,15-20
San Juan 6,51-58

El cristianismo a diferencia de las demás religiones es una religión sensible, de los sentidos y es que no se queda al nivel de los ritos o de las oraciones meramente externas, sino que parte de la experiencia de sentirse cercano. El cristiano no es el que se limita a orar y ya, o sólo asiste a rituales. EL cristiano es el que siente y se ace4rca a Dios, porque Dios no es alguien lejano a él, Dios es cercano y eso lo constatamos en primer lugar a lo largo de la historia de la salvación cuando el mismo Hijo de Dios, se hizo hombre para salvarnos. Y ese mismo Jesús se nos da en el sacramento de la eucaristía. Es donde Jesús se hace pan y vino por cada uno de nosotros y por tanto podemos tenerlo cerca, podemos palparlo, podemos comerlo, no es algo que esté alejado de nuestra vida, antes bien está cercano a nuestra historia, es cercano a nuestra realidad.
Y sobre esa realidad nos habla precisamente el evangelio de hoy en donde el mismo Jesús se presenta como el pan de la vida, pero sobre todo reconociéndose como aquel que da vida definitiva a aquellos que comen su carne y su sangre. Estos son dos símbolos antropológicos que permiten conocer con mayor profundidad lo que significa la comunidad creyente y el sacramento de la comunión
En primer lugar, al hablar de la carne estamos remitiendo, no simplemente a la piel, sino que nos referimos a la persona en su totalidad, la carne v dentro de la Escritura representa la persona con todo lo que ella es, su proyecto, sus sueños, su persona. Esa es su carne. Por tanto la carne de Cristo da vida, porque se da totalmente, se entrega sin medida, comulgar su carne es comulgar con su persona, con su Reino. Eso quiere4 decir que cuando nosotros comulgamos no sólo consiste en abrir la boca, sino que es algo más, es comulgar con su justicia, su amor, su misericordia, su perdón, su amor. El que se forma en la fila de la comunión es aquel que trata a toda costa de parecerse a Cristo. Es pensar como él, vivir como él, amar como él. De lo contrario sería algo contradictorio, pues comulgamos externamente pero no de manera interna, con nuestros actos.
En segundo lugar aparece la sangre que dentro del mundo bíblico representa la vida, y una vida que se entrega, que se desborda a favor de los demás. Comulgar se convierte en consecuencia en entregarse, en dar la vida a favor de los demás. Pasar a comulgar se convierte en un compromiso por ayudar a los demás, por ser solidarios, por dar mi vida a favor de otros, por dar mi tiempo a aquel que lo necesita, mi paciencia, mi cariño, mi compañía, sólo así se da la vida y la vida verdadera.
Seríamos unos verdaderos farsantes si nos formáramos en la fila de la comunión y después no hiciéramos nada de compromiso, si no diéramos nuestro tiempo a nuestra familia, si dejáramos de ser so0lidarios, si no viviéramos en el perdón o la misericordia, reduciríamos nuestra vida de fe a un sin sentido.
Comulgar entonces debe de llevarnos a esta transformación como lo dice el apóstol san Pablo en la segunda lectura del día de hoy: «No sean irreflexivos, sino traten de saber cuál es la voluntad del Señor. No se embriaguen que lleva al libertinaje; más bien, llénense del Espíritu Santo.» San Pablo nos pide que seamos reflexivos capaces de pensar bien las cosas antes de hacerlas, si comulgamos con el Cuerpo de Cristo entonces podemos tener los pensamientos de cristo e iniciar una vida nueva, que no sólo se mueve por nuestros impulsos, sino que es iluminada por Dios y su proyecto.
En segundo lugar nos dice que no nos embriaguemos, y la embriaguez no se refiere simplemente a tomar vino, sino a la actitud. Estar embriagado es perder el sentido de la realidad, es perder los pies en el mundo. Eso es la embriaguez. Cuando dejamos que lo superficial, nuestro egoísmo nos vaya dominado y no permitamos que sean los criterios de Cristo, los criterios del amor y la paz lo que guíen nuestros pasos. Cuando creemos que lo único que vale la pena es lo material, lo que está de moda, lo que es pasajero. Cuando ponemos en nuestra mente que nuestro egotismo y nuestro pecado es lo que rige la realidad, todo cae, todo pierde sentido, pesuelo no da la vida definitiva, sino que reducimos el esquema de nuestra vida y no nos abrimos a lo que vale la pena.
Este domingo nos invita a reflexionar realmente en lo que significa la comunión para nosotros y eso quiere decir que realmente debemos de cambiar de vida y dejar que sea Dios quien guíe nuestros criterios para seguir adelante.

1 comentario:

  1. PADRE qué bello discurso de SAN JUAN y también qué bellas líneas de Proverbios donde nos damos cuenta que la iniciativa de SALVACIÓN siempre ha salido de DIOS. ÉL SIEMPRE HA SALIDO A NUESTRO ENCUENTRO...LA DIVINIDAD SE DIGNÓ BAJAR DEL CIELO...Nos invita ("No me eligieron ustedes a mí...")DIOS BAJÓ DEL CIELO, SE NOS DA ¡QUÉ GRAN MISTERIO!... PADRE, CREO y cuando me forme a comulgar lo haré con MÁS AMOR y le suplicaré al SEÑOR, que me ayude a llevarlo en mi vida, en mis actos y a todas aquellas personas que aún no lo reciben (CATECÚMENOS Y DISCAPACITADOS?) y que me bendiga con EL ESPÍRITU SANTO para "dejar mi ignorancia y las riquezas"(homilía de ayer) que tanto daño me hacen. GRACIAS PADRE.

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