Meditación con motivo de la solemnidad del
Santísimo Sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Ciclo /B/
Textos:
Éxodo
24,3-8
Hebreos
9,11-15
San
Marcos 14,12-16.22-26
EL día de hoy la celebración se centra en el misterio
del Eucaristía, un misterio que es central dentro de la vida de fe, y conviene
detenerse a entender y profundizar un poco el significado profundo de este acontecimiento
al interno de la vida de la Iglesia. Cuando pensemos en la Eucaristía simplemente
pensamos en la misa, en tomar la comunión, pero lo reducimos a un mero rito que
en mucha ocasiones carece de sentido alguno, por ello, la liturgia se detiene a
contemplar este misterio para entender y profundizar en este acontecimiento.
El texto del evangelio nos aproxima al significado
de la Eucaristía. Centrémonos en diversos elementos que el texto nos presenta
para entender lo que es la Eucaristía. Primeramente nos dice que la última cena,
en dónde se instituye la Eucaristía se lleva a cabo en los festejos de la pascua,
una fiesta que para los judías es muy importante pues les recuerda su identidad
como pueblo. La pascua es el momento en donde han sido liberados de la
esclavitud del Egipto, por ello, la pascua es signo de felicidad, de libertad,
de unión con Dios que los ama y se encuentra con ellos. De tal manera que la pascua
es un signo de alianza donde Dios está con su pueblo para liberarlos y
llevarlos a la plenitud de la vida. Por tanto, la eucaristía está instituida en
un contexto de alianza, de un pacto entre Dios y los hombres, por ello la Eucaristía
es signo de la nueva alianza que Dios hace con los hombres.
En segundo lugar nos presenta el lugar donde se debe
llevar a cabo esta cena, pero para ello hay un signo anterior: «Vayan a la ciudad; allí se
encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo.» Este signo es
sumamente curioso, puesto que en aquel tiempo llevar un cántaro era una tarea
propia de las mujeres, no es una tarea que los hombres realizan, y Jesús les
dicen que deben encontrar a un hombre que porta ese cántaro de agua. ¿Quién es
ese hombre? Si lleva a gua, quiere decir que es portador de agua, y a lo largo
del evangelio sólo un hombre que porta el agua, por decirlo de una manera, el
único hombre en relación con el agua en el evangelio de Marcos es Juan el
Bautista, es el hombre que llevaba a los hombres hacia el agua para bautizarlos
y así llevarlos a la conversión, puesto que para el evangelio de Marcos ser
bautizado con agua es el inicio de la conversión, del cambio de mentalidad para
entender a Jesús. Por tanto este signo de seguir al hombre con el cántaro, significa
que para preparar la pascua es necesaria una conversión, puesto que la pascua
que van a preparar no es la pascua antigua, sino una nueva, es el momento de la
renovación más profunda en el pensamiento del hombre, para entrar a una nueva dimensión
de la alianza.
Esto nos lleva a una realidad muy importante de
cara a al Eucaristía. Para celebrar la Eucaristía es necesario seguir al hombre
con el cántaro de agua, es decir, debemos de cambiar de mentalidad. Celebrar la
Eucaristía implica dejar de verlo todo como un rito, sino que se debe abrirse y
ver una realidad más profunda. Cuántas veces vemos la Eucaristía como un rito,
como algo que debemos hacer porque es lo normal, o para que nos vaya bien. Pero
no es un encuentro con Dios, no es una alianza en donde realmente nos encontramos
con Jesús, simplemente se reduce a un mero rito, una práctica o una mera
devoción, pero no ese su veredero significado. Por celebrar la Eucaristía deberíamos
de purificarnos y cambiar nuestra manera de ver las cosas. Y ello implica
descubrir el significado de la Eucaristía como lo presentan el mismo texto a
continuación.
El lugar donde se indica que se debe de celebrar
esta alianza contiene elementos importantes, pues demuestran cual es su
significado y por consecuencia, el significado de la Eucaristía. En primer
lugar dice que este hombre «les mostrará en el piso alto.» La
estancia donde se debe celebrar la pascua es en el piso de arriba. El hecho que
este arriba implica un fuerte símbolo, implica la acción de subir, así como Moisés
debía subir al monte para encontrarse con Dios y llevar el pronunciamiento de
la alianza, ahora para la nueva alianza deben de subir, por tanto deben buscar
a Dios. Así, el hecho de que esté arriba, implica la acción de buscar a Dios,
pero cuando el hombre sube, busca a Dios, Dios lo encuentra.
La Eucaristía
es precisamente un acto de búsqueda de Dios, es el subir. El hombre que comulga
es porque busca a Dios, busca a Jesús y sobre todo quiere dejarse encontrar por
él. Cuantas veces se comulga si dejarnos encontrar a Dios, ni querer buscarlo.
A veces sólo se busca el bienestar el cumplir, pero no buscamos a Dios y no lo descubrimos
que está dentro de n nosotros, que nos quiere encontrar. Al contrario podemos
comulgar y seguir siendo los mismos, sin ningún cambio porque en realidad no
nos hemos dejado encontrar por Dios, lo dejamos al margen de nuestras vidas.
En
segundo lugar nos dice, que este lugar es «una habitación grande.» El hecho que
sea grande, indica que es para todos, no es un ligar pequeño, sino que es para
todos. Nadie queda excluido de esta acción, la salvación que trae esta alianza es
para todos, no es sólo para algunos, para un grupo privilegiado, todos pueden
acceder a él. Así, la Eucaristía es un sacramento universal, para todos, para
que todos puedan acercarse a Jesús y puedan participar de la alianza. Por ello,
al Eucaristía implica sr abiertos a todos y por tanto superar el egoísmo,
superar las envidias, superar todo aquello que puede excluir a alguien de nuestras
vidas.
Finalmente
nos dice que está «Arreglada y dispuesta.» Es una estancia que ya esta acomodada,
no dice que ellos deban de arreglarla, no dice que deban preparar algo
especial, todo está bien dispuesto. Quiere decir que la alianza nueva que se va
a celebrar ahí, ya está bien colocado. La alianza no depende del hombre, sino
de Dios, Dios dispone todo. La Eucaristía no es un acto donde los hombres llevan
a cabo estas cosas, sino Dios quien actúa, el problema es que las personas lo
ven como un acto de sus fuerzas, creen que cumpliendo con su comunión dominical
es suficiente, “yo hago lo que me toca”, pudieran decir algunos, siendo que la alianza
no es de lo que le toca a uno, sino ver como Dios dispone todo para la
salvación, es dejarse encuentra y que Dios salve, renueve, transforme al hombre,
es solamente gracia.
De tal manera que el texto nos indica como poder
entender la Eucaristía, no como un rito sino en calve de alianza, de amistad
con Dios. Un sacramento que nos debe llevar a reconocer que nos debemos dejar encontrar
con Dios, que quiere transformarnos, quitando de nuestro corazón todo aquello
que nos hace excluir a los demás y que todo es posible porque es la gracia de Dios
que actúa en nosotros. Que realmente cada vez que celebremos la Eucaristía
podamos transformar nuestra historia con la gracia de Dios.