Textos:
Romanos 8,28-30
San Mateo 1,1-16.18-23
San Mateo 1,1-16.18-23
El día 8 de septiembre, ocho meses después de la festividad de la Inmaculada Concepción (8 de Diciembre) celebramos esta festividad del nacimiento de la Virgen María. Esta festividad nos ayuda a reconocer el papel de la Virgen María, que es madre de Jesús y con ello nos trae la salvación.
Pero esta fiesta no es simplemente recordar que nació la Virgen María, sino que es una fiesta que nos invita a contemplar como Dios va actuando en la historia y como Dios nunca nos deja solos, al contrario va actuando para traer la salvación, de tal manera que Dios va interviniendo para alcanzar la salvación, tal y como se ve al inicio del evangelio en donde se leen la genealogía de Jesús, que lejos de ser un mero listado de nombres, es la presencia de la historia. Todas esas personas son parte de la historia que Dios ha formad y ha dado la salvación. Dios no deja solo al hombre, sino que lo acompaña, y al marcar todos esos nombres está manifestando que ha o constituyendo una historia. Lo importante es descubrir hasta qué punto nosotros aceptamos esta salvación.
Sobre esta aceptación de Dios en nuestras vidas nos habla la primera lectura en donde el apóstol san Pablo dice al final: «A quienes predestina, los llama; a quienes llama, los justifica; y a quienes justifica, los glorifica.» Con este enunciado deja bien claro como Dios busca la salvación de los hombres, pero también marca la respuesta del hombre respecto a este plan de salvación. Analicemos un poco esta frase y sus diversos elementos.
En primer lugar habla de los predestinados, que no se refiere a que algunos ya tienen su destino en cuanto salvados y otros que está condenados. Ser predestinados nos remite a que Dios ha dado la salvación a todos. De este modo cuando san Pablo habla de los predestinados está hablando de toda la humanidad que ha sido llamada a la salvación, mostrando así la misericordia de Dios.
Sin embargo esta salvación que Dios nos ofrece, requiere de nuestra respuesta, de nuestra aceptación. Por ello dice san Pablo a quienes predestina, los llama. Esto quiere decir que si bien Dios quiere la salvación y la ofrece a los hombres es necesario que ellos acepten esa llamada a la plenitud de la vida. Por eso marca que los llama, es decir les dirige su llamada para poder acoger el mensaje de salvación, de ahí que Dios nos llame para aceptar este proyecto, nos llama para poder seguirle, para aceptar la salvación. Seguirle implica dejarse transformar por Dios, cambiar de vida y de pensamiento para empezar a estar en esta dinámica de salvación.
Si el hombre acepta esta llamada entonces es justificado, es decir entra a la justicia de Dios, entra a la gracia de Dios que le capacita a vivir en la dinámica de salvación y por lo tanto con la fuerza, la gracia que viene de Dios para transformar su vida, y vivir en una relación de amistad con Dios. Estar justificado es estar en la justicia de Dios, en esa capacidad de vencer el mal, por el seguimiento que ha hecho y con ello ser capaz de entrar en la salvación que Dios ofrece.
Finalmente el hombre que es justificado, es capaz de vencer su pecado en trae en una dinámica de dar auténticos frutos, y por lo tanto de pertenecer plenamente a Dios y ello quiere decir que es glorificado, es decir es capaz de dar Gloria da Dios por medio de sus frutos y sobre todo mostrar que Dios está en su vida.
Este es el proceso que Dios propone al hombre para entrar en la salvación y sobre todo para reconocerlo en su historia. La Virgen María recibió este proyecto, el cual lo acepto dio su sí, y por ello inicio la salvación; ahora esta salvación está al alcance de nuestra mano, pero debemos aceptarla y decir sí, la decisión es nuestra.
Si hoy celebramos esta fiesta es p para reconocer como Dios va colocando los medios para llegar a la salvación, pero lo importante es reconocer si nosotros estamos dispuestos a aceptarlos o no.
PADRE, en el segundo párrafo dice: "...a quien conoce de antemano, los predestina..." y yo le suplico me auxilie para saber si es verdad que la palabra "conocer, en hebreo,significa AMAR.
ResponderEliminarPorque LA SANTÍSIMA VÍRGEN MARÍA fue amada por DIOS NUESTRO SEÑOR Y DEBE SER NUESTRO MODELO A IMITAR. ¿Verdad?
SANTÍSIMA VÍRGEN, RUEGA POR NOSOTROS PARA AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y CON TOTAL SUMISIÓN DECIR: SÍ. transfórmame, cámbiame, conviérteme TE LO RUEGO PADRE AMOROSO.¡YO TAMBIÉN TE AMO!
Conocer en la Escritura significa un comenetración con el otro, implica intimar, estar estrechamente realcionado con alguien, conocerlo de tal manera que es capaz de apropiarse de él. En el caso del texto, se refiere a que DIos nos conoce profundamente, sabe quienes somos, que tenemos, qué soñamos, y por tanto nos ama, pero con una mor que penetra nuestra vida
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