17/9/10

«Y seguían a Jesús algunas mujeres...»

Meditación con motivo del Viernes XXIV de tiempo ordinario

Textos:
Corintios 15,12-20
San Lucas 8,1-3


El texto del evangelio de hoy nos presenta a Jesús caminando y realizando su ministerio, pero el evangelista se detiene y habla de sus seguidores, de su comunidad, marcando dos partes en ella, es decir, dos tipos de personas que subyacen al interno de la comunidad: «Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades.»En primer lugar se habla de los doce, remitiendo a los apóstoles, pero curiosamente nos presenta a otro grupo de seguidoras, un grupo de mujeres, y nos hace una extraordinaria descripción de ellas: «…y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.» Nos coloca tres mujeres de este numeroso grupo. La primera de ellas es María Magdalena, su nombre indica una población: Magdala Ella es descrita como aquella que ha sido liberada de una posesión de siete demonios. El número siete es símbolo de la totalidad y los demonios representan las ideologías que dañan al hombre, manifestando así la totalidad de ideas que dañan y mancillan al hombre.
Juana es mujer de Cusa, un nombre arameo, que era administrador de Herodes. Marca de este modo que Jesús se hace acompañar por gente influyente, que deja la vida cortesana, para seguir a Jesús, pero no sólo para la ayuda material, sino que, será testigo de la crucifixión y resurrección junto con el grupo de mujeres que estará ahí, pues esta misma mujer será nombrada al final del evangelio, al pie de la cruz.
Susana, una mujer que no se vuelve a nombrar, pero seguramente refiere que en ella están representadas todas las demás mujeres. EL número tres remite precisamente a lo perfecto, marcando que es la comunidad perfecta, mientras que el Doce representa a la nueva comunidad.
Algo que podemos ver de diferente entre estos dos grupos es precisamente que la comunidad de los Doce no ha sido liberada de nada, en cambio la de las mujeres si ha sido liberada. Quiere decir que los apóstoles continúan en sus ideologías, con sus males, creyendo que seguir a Cristo no implica una liberación, en cambio la comunidad de las mujeres es perfecta pues han dejado que Jesús las libere y transforme su vida profundamente.
Esto nos lleva a logo fundamental y descubrir si nosotros que somos seguidores de Jesús nos hemos quedado al margen y no nos hemos liberado de nuestras enfermedades y creencias vanas, o bien somos de la comunidad perfecta que está liberada de todo aquello que daña al hombre, del egoísmo, de la envidia, y todo aquello que impide un fiel y veraz seguimiento de Cristo.



1 comentario:

  1. PADRE RUEGO A DI0S NUESTRO SEÑOR ME PERMITA SEGUIRLO COMO LAS MUJERES DEL SANTO EVANGELIO QUE QUEDARON SEDUCIDAS ANTE EL AMOR DE JESÚS, ANTE EL AMOR DE DIOS Y ANTE LA VERDAD QUE LES REVELÓ: SU LIBERTAD.
    Y, CON ESA LIBERTAD YO ELIJO MANTENERME FIEL A DIOS, SER VERDADERA DISCÍPULA ANTE SUS ENSEÑANZAS Y RECIBIR LA PUREZA DE SU AMOR QUE NOS SALVA Y PROTEJE EN TODO MOMENTO.

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