26/9/10

«...yacía un mendigo llamado Lázaro»

Meditación con motivo del XXVI Domingo Ordinario
Ciclo /C/


Textos:
Amós 6,1.4-7
1 Timoteo 6,11-16
San Lucas 16,19-31

Todos nosotros tratamos de tener una identidad en el mundo, tratamos de entablar relaciones con los demás, de que nos recuerden, que seamos alguien especial para ellos, sin embargo la dificultad comienza cuando queremos hacer esto a través de las cosas materiales, y queremos que nos recuerden o valoren por lo que tenemos. De esta manera queremos ser identificados por cosas que están de moda, por cierta música, una ropa de marca, por los títulos obtenidos; y no es que sean malas etas cosas, sin embrago no puede ser lo único que nos de nuestra identidad, puesto que somos valiosos y tenemos identidad, no por lo que tenemos, o nos ponemos, sino por lo que somos.
Sobre esto nos habla el evangelio del día de hoy. Jesús relata en continuidad a la semana pasada una reflexión sobre las riquezas, y ahora le toca su turno a Lázaro y al rico. Está parábola contiene una característica única, y es que uno de los personajes tiene un nombre: Lázaro. Si nosotros leemos con detenimiento las demás parábolas del evangelio descubriremos que ninguno de sus personajes tienen nombre, sólo este mendigo. Pero algo todavía más sorprendente es que sólo Lázaro tiene nombre, pero el rico no. Cierto que en la historia de la tradición se le ha llamado Epulón o dives, sin embargo eso es una traición al pensamiento de Jesús, puesto que el texto no tiene nombre. Y si no tienen nombre debe tener una razón.
En nombre para el pensamiento bíblico implica una identidad, pues el nombre hace que me identifique con mi identidad, con mi razón de ser. Si el Rico no tiene nombre se debe precisamente a que ha perdido su identidad debido a las riquezas. Las riquezas han hecho que este hombre no tenga identidad, sus riquezas, sus vestidos, sus banquetes son lo único en la vida. No tiene una identidad por ser él mismo, solamente se entiende desde las riquezas y nada más importa. En cambio Lázaro tiene un nombre, pues él se sabe valioso a partir de sí mismo y de su relación con Dios, eso él da su identidad. EL nombre Lázaro quiere decir “Ayuda de Dios”, su vida se entiende a partir de su historia y su relación con Dios, no depende se lo material, ni siquiera se entiende a partir de su pobreza o carencia, sino que se entiende desde Dios, y eso le da su identidad.
Con esto quiere decir que las riquezas, los títulos, los materialismos, en el fondo sólo encierran algo pasajero y hacen que perdamos nuestra identidad, pues no valemos por lo que somos, sino por lo que tenemos. Sólo nos fijamos en la ropa o en cantidad de cosas mera mente materialistas, pero nos reducen sólo a eso, y desconocen nuestra identidad como tal. Lo importante es descubrir que tan valiosos somos por lo que somos, qué tan valiosos somos por lo vivimos y podemos aportar a los demás. Eso es lo importante. Somos valiosos por nuestro amor, nuestros sentimientos, nuestras ideas, nuestras opiniones, por lo que somos, lo que nos constituye como únicos e irrepetibles, y no por lo meramente externo, lo meramente material, pues eso va y viene.
Finalmente lo material desaparece, ya sí le sucede al Rico, pues va a un lugar de castigo. Pero no es que se condene por ser rico, sino porque sus riquezas le hicieron perder su identidad, su humanidad, cayendo en una indiferencia tal que se creía superior a todos, sin ver realmente quien es, y quienes son los demás. Esta indiferencia y superioridad se puede ver claramente cuando estando en el lugar de castigo, no se arrepiente, sino que se cree merecedor de todo, creyendo que sus riquezas le dan esa concesión aún en ese lugar y prueba de ello es que al ver a Lázaro comienza a dar órdenes: «…envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan.»Esto nos indica dos cosas, por un lado Se nota que conocía a Lázaro algunas veces se dice que no lo conocía, pero no es así, puyes al llamarlo por su nombre quiere decir que sabe quién es, y por tanto fue indiferente aún viendo su necesidad, y no sólo lo conocía él, sino sus hermanos, pues al final quiere que lo mande para que al verlo resucitado crean, demostrando de ese modo que todos lo conocieron, pero que no hicieron nada pues estaban tan atareados con sus lujos que no les importo nada. Por otro nos muestra que al ver a Lázaro, quiere que le sirva, no se arrepiente de haberlo ignorado, sino que se enoja de que él esté ahí y él no, por eso al menos debe de servirle, debe de hacer algo por él, no hay nada de arrepentimiento se cree con todos los derechos y ve a Lázaro como su criado que debe de complacerlo.
Sin embargo es omento de tomar conciencia: «Entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí.» Hay una distancia, una distancia enorme, que no se trata simplemente de medidas espaciales, sino de algo más profundo, es una distancia existencial. Ese distanciamiento lo ha hecho este hombre rico, pues al ser indiferente y sólo centrándose en lo material, ha ido alejándose de Lázaro con su indiferencia y excentricismo.
A lo mejor a veces estamos tan preocupados por lo exterior, por los lujos, por la moda, por lo meramente material, que a lo mejor olvidamos ver al hermano, y nos distanciamos, y no vemos ni nuestra identidad, ni la identidad de los demás, descubriendo lo que pueden hacer por nosotros. Es momento de descubrir el valor de nosotros mismos, lo que valemos a partir de lo que somos, y con ello ver la importancia de los demás, viendo su valor con lo que son.

1 comentario:

  1. GRACIAS PADRE.
    HOY LEÍ ESTA HOMILÍA Y TENGO EN LA MENTE ESTE PENSAMIENTO: "TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERAS QUE TE TRATEN A TÍ"
    DIOS MISERICORDIOSO, TE RUEGO QUE NUNCA SE ME OLVIDE Y, SOBRE TODO, QUE SIEMPRE LO APLIQUE.
    GRACIAS A DIOS.GRACIAS PADRE.

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