Textos:
Hechos 2,14.22-33
San Mateo 28,8-15
Hechos 2,14.22-33
San Mateo 28,8-15
La resurrección es el acontecimiento más importante de la historia humana pues ya o vivimos esclavizados a la muerte. Sin embargo, pareciera que no es del todo creíble esto, pues no repercute de igual modo den las distintas esferas de la sociedad. El Día de hoy hemos escuchado en la lectura del evangelio dos efectos distintos que produce la resurrección.
El primero de esos efectos lo encontramos en las mujeres que una vez que ha llegado al sepulcro y han recibido el anuncio del ángel, se retiran estupefactas, y con una cierta alegría por este anuncio. Una anuncio de vida, pro un nuncio que debe de asimilarse lentamente. Y para que esto se asimile y la alegría sea plena es necesario el encuentro con Jesús que una vez fuera del sepulcro, una vez fuera del ámbito de la muerte ellas pueden recibir este encuentro.
El encuentro de Jesús las llena de alegría, las llena de un gran entusiasmo. De manera que la resurrección hace precisamente que llegue la alegría, pues el hombre no está condenado a los confines de la muerte, su pecado puede ser vencido. Esto debe ser la gran alegría, puyes las estructuras de muerte que imperan en medio de la sociedad no son del todo definitivas, es posibles vencerlas con la fuerza de la resurrección.
Sin embargo esta categoría de liberación donde la muerte y las estructuras de corrupción que oprimen al hombre, al recibir el anuncio de vida y libertad, no les parecen, puesto que el poder imperante se basa en estas categorías para poder dominar, imponer el miedo y hacer lo que deseen. Por esta razón es mejor evitar todo tipo de anuncio de vida y de liberación. Así lo descubrimos con los sacerdotes, los soldados e incluso con Pilato que de alguna forma se dejará corromper por los mismos ancianos.
Si anuncian que no resucitó, quiere decir que todo es un sueño, que nada es real y por lo tanto que todo proyecto de liberación del sistema es imposible y terminará con la muerte. Sólo de esta manera es posible seguir dominando en medio de la sociedad, y que los poderosos de la historia sigan adelante en su dominio.Meditemos que efectos ha en nosotros, si preferimos ser instrumentos de alegría y esperanza, o bien sólo anunciamos lo que nos conviene y poder así dominar las cosas a nuestra conveniencia.
El primero de esos efectos lo encontramos en las mujeres que una vez que ha llegado al sepulcro y han recibido el anuncio del ángel, se retiran estupefactas, y con una cierta alegría por este anuncio. Una anuncio de vida, pro un nuncio que debe de asimilarse lentamente. Y para que esto se asimile y la alegría sea plena es necesario el encuentro con Jesús que una vez fuera del sepulcro, una vez fuera del ámbito de la muerte ellas pueden recibir este encuentro.
El encuentro de Jesús las llena de alegría, las llena de un gran entusiasmo. De manera que la resurrección hace precisamente que llegue la alegría, pues el hombre no está condenado a los confines de la muerte, su pecado puede ser vencido. Esto debe ser la gran alegría, puyes las estructuras de muerte que imperan en medio de la sociedad no son del todo definitivas, es posibles vencerlas con la fuerza de la resurrección.
Sin embargo esta categoría de liberación donde la muerte y las estructuras de corrupción que oprimen al hombre, al recibir el anuncio de vida y libertad, no les parecen, puesto que el poder imperante se basa en estas categorías para poder dominar, imponer el miedo y hacer lo que deseen. Por esta razón es mejor evitar todo tipo de anuncio de vida y de liberación. Así lo descubrimos con los sacerdotes, los soldados e incluso con Pilato que de alguna forma se dejará corromper por los mismos ancianos.
Si anuncian que no resucitó, quiere decir que todo es un sueño, que nada es real y por lo tanto que todo proyecto de liberación del sistema es imposible y terminará con la muerte. Sólo de esta manera es posible seguir dominando en medio de la sociedad, y que los poderosos de la historia sigan adelante en su dominio.Meditemos que efectos ha en nosotros, si preferimos ser instrumentos de alegría y esperanza, o bien sólo anunciamos lo que nos conviene y poder así dominar las cosas a nuestra conveniencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario