
Textos:
Efesios 2,19-22
San Lucas 6,12-19
Hoy celebramos la festividad de los santos apóstoles Simón y Judas, una celebración un tanto peculiar para el pueblo de Dios que frecuentemente atribuye a san Judas Tadeo una especie de poder milagros más extraordinario que ningún otro, siendo que la festividad de hoy al igual que las demás festividades de los santos nos invitan a contemplar un aspecto de la vida de la Iglesia. Y creo que la oración colecta del día de hoy puede ayudarnos:
Dios nuestro que nos has dado a conocer a tu Hijo
por la predicación de los Apóstoles,
haz que, por intercesión de los santos Simón y Judas,
nosotros amemos cada día más a Cristo
y cada vez mayor número de hombres lo conozcan.

En segundo lugar, se pide que la intercesión de estos dos santos (recordando que hoy celebramos a dos santos, y no sólo a uno) nos ayuden a amara más a Cristo. Con esto la oración hace una bella exhortación para que esta festividad nos sirva de medio para alcanzar a Cristo y lo amemos. La vida de la Iglesia implica una cercanía con Jesús que nos lleve amarlo cada día con mayor intensidad. El problema se da cuando nosotros podríamos celebrar hoy esta festividad y no amar totalmente a Cristo. Celebrar una fiesta de los apóstoles es un momento privilegiado dentro de la Iglesia para acercarnos más a Cristo, y vivir con mayor profundidad el amor de Cristo en nuestra vida. De nada serviría celebrar esta festividad si no amamos más a Cristo, sino que limitamos todo a la figura de un ‘santo’, o a una conveniencia material y mágica, pero no una auténtica vida de fe.
Finalmente, la oración pide para que el amor a Cristo se expanda a todos los hombres. Quiere decir que aquí se nos compromete a los demás para anunciar la experiencia de Dios, y así todos amemos a Cristo como Simón y Judas lo hicieron. Es una fiesta que nos invita a ser ‘apostólicos’, a ser ‘enviados’ y dar a conocer lo que es nuestra vida de fe. Sería lamentable que algún devoto de san Judas al finalizar la festividad hablara de todo, menos de Cristo, y de su acción redentora en la humanidad, sería una fiesta absurda y nula, que lejos de dar frutos sólo dio lastima.
Pues si san Judas es el patrono de las causas difíciles e imposibles sería bueno orar y pedirle por la causa más difícil que es precisamente una vida de fe auténtica capaz de acercarse más a Cristo y darlo a conocer, de lo contario habríamos limitado a situaciones difíciles muchas cosas, olvidando la más importante que es la ausencia de Dios en nuestra vida de fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario