Ciclo ferial /I/
Año impar
Textos:
Jonás 1,1-17.2,1.11
San Lucas 10,25-37
Hoy iniciamos el teto del profeta Jonás con el cual se nos propone un tema fundamental del pueblo de Israel: la salvación universal. Este texto fu escrito después del Destierro para demostrar que todos pueden ser destinatarios de la salvación que Dios nos da. De ahí que Dios mande a Jonás a anunciar la salvación a los ninivitas, a anunciar la salvación a aquellos que no pertenecen al pueblo de Dios, y como respuesta encontramos la cerrazón del profeta, que representa al pueblo de Israel que no quiere que esto se cumpla, que no quiere que la salvación sea para todos, porque ello incluye a los pueblos que en algún momento de la historia los ha esclavizado, y por supuesto que ellos no deben tener la salvación.
Encontramos así un deseo de Dios, una misión que le encomienda al profeta; y una cerrazón de su parte. Por esta razón decide huir, no quiere aceptar este proyecto de Dios. Muchas veces así somos, huimos de lo que Dios quiere. Huimos porque nos da miedo el proyecto de Dios, porque a veces es exigente o bien porque nonos conviene. Podemos así vislumbrar que el hombre huye ante los proyectos de Dios.
Podemos encontrar a una sociedad que huye de la propuesta de la vida, de la justicia, del amor; y huye porque eso implica dejar el confort, los placeres, las responsabilidades, los lujos. Es más fácil cerrarse a la vida, vivir a la ligera, vivir oprimiendo para que sólo unos se beneficien.
Nosotros mismos huimos cuando no queremos dejar nuestros rencores, o nuestros intereses; cuando preferimos seguir siendo los mismos a costa de lo que le suceda a los demás para no afectar nuestras vidas o nuestra economía; e incluso para que no se favorezca a más, y levantamos chismes para que otros no se levanten porque no lo merecen o porque no queremos que nos hagan competencia, simplemente porque nos caen mal y creemos que no lo merecen.
Y justamente en medio de su huída aparece la tormenta símbolo del actuar de Dios y un dato teológico que nos coloca ante la tormenta que el profeta vive por dentro al tratar de huir de Dios. Creo que también deberíamos de tener esta tormenta en nuestra vida de vez en cuando y cuestionarnos realmente que tanto somos testigos del amor de Dios para con los demás, que tanto escuchamos a Dios y lo dejamos actuar en nuestra vida, o bien que tanto tratamos de escapar, de darle vueltas y de no asumir responsablemente la misión que día a día nos encomienda para ser mejores. Si Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive se lo dijo para que ellos fueran mejores y él mismo se hiciera más sensible a las necesidades de los demás, en el fondo trataba de hacer de él una buena persona y un mejor mundo. Pero huyó. También nosotros podríamos empezar a cambiar y dejar de criticar y de escuchar a los demás, abrirme al evangelio del amor, de la vida, de la justicia y ser el mensajero que el mundo necesita anunciándolo con la propia vida, y siendo cercanos a los demás, haciendonos prójimos de los que nos rodean como lo pide hoy Jesús en el Evangelio de hoy. Es momento de dejar nuestros temores y dejar que Dios nos sacuda con una tormenta para que iniciemos un buen cambio en nuestra vida.
Encontramos así un deseo de Dios, una misión que le encomienda al profeta; y una cerrazón de su parte. Por esta razón decide huir, no quiere aceptar este proyecto de Dios. Muchas veces así somos, huimos de lo que Dios quiere. Huimos porque nos da miedo el proyecto de Dios, porque a veces es exigente o bien porque nonos conviene. Podemos así vislumbrar que el hombre huye ante los proyectos de Dios.
Podemos encontrar a una sociedad que huye de la propuesta de la vida, de la justicia, del amor; y huye porque eso implica dejar el confort, los placeres, las responsabilidades, los lujos. Es más fácil cerrarse a la vida, vivir a la ligera, vivir oprimiendo para que sólo unos se beneficien.
Nosotros mismos huimos cuando no queremos dejar nuestros rencores, o nuestros intereses; cuando preferimos seguir siendo los mismos a costa de lo que le suceda a los demás para no afectar nuestras vidas o nuestra economía; e incluso para que no se favorezca a más, y levantamos chismes para que otros no se levanten porque no lo merecen o porque no queremos que nos hagan competencia, simplemente porque nos caen mal y creemos que no lo merecen.
Y justamente en medio de su huída aparece la tormenta símbolo del actuar de Dios y un dato teológico que nos coloca ante la tormenta que el profeta vive por dentro al tratar de huir de Dios. Creo que también deberíamos de tener esta tormenta en nuestra vida de vez en cuando y cuestionarnos realmente que tanto somos testigos del amor de Dios para con los demás, que tanto escuchamos a Dios y lo dejamos actuar en nuestra vida, o bien que tanto tratamos de escapar, de darle vueltas y de no asumir responsablemente la misión que día a día nos encomienda para ser mejores. Si Dios le dijo a Jonás que fuera a Nínive se lo dijo para que ellos fueran mejores y él mismo se hiciera más sensible a las necesidades de los demás, en el fondo trataba de hacer de él una buena persona y un mejor mundo. Pero huyó. También nosotros podríamos empezar a cambiar y dejar de criticar y de escuchar a los demás, abrirme al evangelio del amor, de la vida, de la justicia y ser el mensajero que el mundo necesita anunciándolo con la propia vida, y siendo cercanos a los demás, haciendonos prójimos de los que nos rodean como lo pide hoy Jesús en el Evangelio de hoy. Es momento de dejar nuestros temores y dejar que Dios nos sacuda con una tormenta para que iniciemos un buen cambio en nuestra vida.
PADRE,¿cuántas veces somos "justos" como Jonás? ¡Aplicamos "castigos porque, algunas personas (ninivitas) no se merecen nada mejor y "hasta nos caen mal"!
ResponderEliminarPENSEMOS Y ACTUEMOS COMO SANTA TERESITA quien decía: "LA CARIDAD PERFECTA (EL AMOR ¿VERDAD?), CONSISTE PRECISAMENTE EN SOPORTAR (TOLERAR) LOS DEFECTOS DE LOS DEMÁS"
Y COMO LA MADRE TERESA, "HAY QUE AMAR HASTA QUE DUELA"
¡SIRVAMOS A TODOS! QUE DIOS NOS DÉ LA FUERZA (SI NO QUEREMOS, DIOS DE TODAS FORMAS NOS MANDARÁ "NUESTRA PROPIA BALLENA" Y QUIÉN SABE SI TAMBIÉN NOS VOMITE)
GRACIAS PADRE. POR FAVOR, SIGA ROGANDO POR NOSOTROS Y QUE DIOS LO ACOMPAÑE EN SU INICIO DE ESTUDIOS.