14/8/11

«La mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!”»

Meditación con motivo del XX Domingo del Tiempo Ordinario
Ciclo /A/

Textos:
Isaías 56,1.6-7
Romanos 11,13-15.29-32
San Mateo 15,21-28

Al escuchar este pasaje del día de hoy puede llenarnos de asombro, pues parece ser totalmente distinto a los demás relatos de milagro, que Jesús realiza, pes podemos ver como Jesús en primera instancia rechaza ayudar a esta mujer. Sin embargo es importante conocer el contexto de este relato para comprender este extraordinario texto.
Este pasaje se encuentra justamente después de una controversia que tiene Jesús con los fariseos, ellos defiendes sus leyes de pureza y por esa razón dicen que Jesús está equivocado. Por otro lado, la gente no ha comprendido la actuación de Jesús, se quedan maravillados con lo que dice y hace, pero finalmente no cambian de vida, incuso los mismos apóstoles, que están cerca de Jesús no han sido capaces de entender lo que Jesús les dice, por ello dice el texto: «Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón.» El texto dice que partió, y con ello implica una ruptura, Jesús se parata de su ambiente, rompe con ellos, está en crisis, está frustrado, pues no ha sido capaz de anunciar el Reino como él quisiera. Él esperaba la conversión, esperaba la vivencia del amor, pero no lo han comprendido, siguen iguales y han cerrado su corazón, por ello Jesús no aguanta y se va, se retira. Y Dice que se va a una región de Tiro y Sidón, es decir un lugar extranjero, es la única vez que Jesús deja su tierra y se va a un lugar extranjero.
Y ahí se aparece esta mujer cananea. Es denominada cananea, porque pertenece al grupo étnico que el pueblo de Israel conquisto cuando llegaron a la tierra prometida, por tanto pertenece a un grupo marginal. Sin embrago ella se aventura pues tiene una dificultad: «Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio.» Dos elementos parecen aquí, en primer lugar la hija. Los hijos en aquellos tiempos son símbolo del futuro, los hijos son la única posibilidad de garantizar un futuro, ya que no se ve con mucha claridad una vida después de la muerte. Sólo los hijos permiten que la propia semilla continúe más allá de nuestra propia subsistencia dentro de la historia, sin ellos no hay posibilidad de esa descendencia. Por tanto esta mujer tiene como riesgo perder su futuro, su futuro se ve amenazado.
Y entonces vemos el segundo elemento: un demonio es quien amenaza este futuro. Y al hablar de dominio se refiere a una ideología que amenaza con perder ese futuro. Cuántas veces nuestro futuro se ve amenazado por una ideología, por una realidad externa que amenaza ese proyecto. Por ejemplo un proyecto a que deseamos que se prolongue en el futuro es la unidad de la familia, y aparecen ideologías q impiden ese desarrollo, que impiden que se lleve a cabo ese proyecto. Cuantas veces aparece la envidia, el egoísmo, la avaricia en la familia, una serie de ideologías q impiden precisamente que ese proyecto se lleve a futuro. Pues esas ideas hacen que el hombre no alcance la unidad en su familia. Cuantas veces la familia vive unida, vive contenta, pero súbitamente se mueren los papás y entonces los hermanos que antes se querían, se amaban dejan de hacerlo y entra el odio, el rencor, se comienzan a pelar, y ese proyecto a futuro, ese proyecto de unidad y concordia se pierde totalmente ese proyecto a futuro porque ha entrado una ideología extraña que amenaza la unidad. O bien cuando tengo presente que mi proyecto a futuro sea el trabajo, sea que siga todo bien, pero dejo que entre la idea de la pereza o de la corrupción, es sin duda hace tambalear el proyecto a futuro.
Esta mujer tiene un futuro incierto pues ha permitido que entren ideas que lo amenazan. Incluso en ella misma se ve reflejado el mismo Jesús, pues su proyecto del Reino también se ve amenazado por la cerrazón de los demás por la incomprensión de la gente, la testarudez de los apóstoles y la cerrazón de corazón de los fariseos. Es un futuro en riesgo. El proyecto del Reino se ve amenazado.
Y justo ante esa situación, Jesús calla sólo piensa y por eso aunque aquella mujer grita, no le hace caso, Jesús está en una profunda crisis, no sabe qué hacer. Sin embargo por insistencia de los apóstoles, se detiene y aquella mujer presenta los cuatro pasos elementales para la vida de fe, y una fe auténticamente madura.
En primer lugar dice que esta mujer se «acercó entonces a Jesús», y acercarse a Jesús implica distanciarse de todo otro criterio de salvación, de cualquier otra idea de salvación. Muchas veces nosotros decimos tener fe pero también tenemos amuletos, supersticiones, brujerías, etc. Por tanto, el tener fe nos invita en primer lugar a acercarnos a Jesús y tomar distancia de otras realidades que no son verdaderamente de salvación. Y por tanto es reconocer que yo no tengo la salvación en mis manos, que no puedo garantizar por mi mismo mi futuro. Sólo lo puede hacer aquel que porta la verdadera salvación.
Su segunda acción en que ella una vez delante de Jesús está «postrada ante él.» La postración expresa reconocimiento de la propia pequeñez, se reconoce pequeña delante de los retos que se le presenta, delante de lo que debe de ir viviendo. Su futuro corre riesgos y por tanto no es capaz de salir por si misma adelante, sabe sus límites, sus fragilidades. De esta manera postrase se convierte en el reconocimiento de la insuficiencia de sus propios esfuerzos. Finalmente postrarse es verse pequeño y ver al otro grande, capaz de ayudarlo, capaz de poder sacarme adelante. Postrase es reconocer que Dios lo puede todo, que sólo él me puede dar un futuro, que yo con mis limites, con mi pecado, con mi rencor, mi envidia, mi dureza, no soy capaz de salir adelante.
En su tercera acción, la mujer habla: «¡Señor, ayúdame!» Es la oración. Es el acto de comunicarse con Dios, no es posible la fe, sin está la confianza y la capacidad de hablar y abandonarse en sus manos. Sin la capacidad de levantarnos y reconocer que necesitamos su ayuda. Finalmente orar es saber que debemos abandonarnos en Dios, pues ´le sabe que lo necesitamos.
Y entonces viene el cuarto paso, que es fundamental en la madurez de la fe, pero que es el paso más riesgoso de la vida: El silencio de Dios. Pus muchas veces parece que hablamos con Dios, imploramos su ayuda pero sólo nos topamos con el silencio. Y esta mujer se topa con un muro, con la cerrazón de Jesús: «No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los perritos.» Esta expresión es un tanto dura en labios de Jesús. Se dirige a ella con expresión “perritos”, pues los judíos llamaban a los extranjeros “perros” y aquí Jesús utiliza la expresión par referirse a los perros domésticos, por eso se traduce como perritos. En el fondo Jesús está tan triste, tan frustrado que no sabe qué hacer y por eso contesta así. En el fondo Jesús le dice a la mujer “no te puedo ayudar, nadie me entiende, nadie tiene fe, para qué quieres que te ayude si no vas a comprender los signos, todo está perdido, si los judíos no entienden menos tú…”
Y ante esa negativa, uno podría decir que la mujer se desapasionaría y se iría, pero no es así ella contesta llena de fe: «Y sin embargo, Señor, los perritos comen las migas que caen de la mesa de sus dueños.» Esta respuesta es asombrosa, pues esta mujer reconoce su condición, no le dice a Jesús que todos tienen los mismo derechos, o cosas por el estilo, ella es cananea y se sabe así, no espera nada más, ella es feliz así, y sabe que aún así, Dios le escucha y le ayudará a salir adelante. Y aunque se topo con la negativa de Dios sabe que la escucha y que le ayudará. Este es el paso decisivo de la fe, es decir, que cuando llega el silencio de Idos, el creyente sabe reconocer que Dios lo la abandona ni la deja, Dios está con ella. Dios tiene sus medios para hacer llegar su gracia a cada uno, representado aquí por las migajas.
Y ante eso Jesús queda impactado: «Mujer, ¡qué grande es tu fe!» Ha encontrado en esta mujer lo que en el pueblo judío nunca encontró, encontró la verdadera fe, encontró el verdadero sentido de todo. Ahora Jesús se da cuenta que existen hombres y mujeres capaz de abrirse a la fe verdadera, este episodio calma la misma fe de Jesús, la fe es posible, y a partir de ahora cambiará su estrategia para anunciar el Reino y hacer la salvación cercana al hombre como lo escucharemos en los próximos dos domingos.
Esta mujer tiene futuro porque realmente confía en Dios y el mismo Jesús y el proyecto del Reino tendrá un futuro pues hay una luz que esta mujer ha dado. Todos podemos ver nuestro futuro amenazado por ideas contrarias pero si dejamos que Dios entre, podemos vencerla y seguir adelante con nuestro proyecto.

2 comentarios:

  1. Sólo una pregunta: en mi Biblia busqué este pasaje y me encontré con una diferencia: los apostoles le dicen a Jesús "despidela, recházala" en cambio en la hoja dominical dice "atiendela" como si intercedieran por ella. Son 2 posturas distintas. Parecen molestos porque la mujer le pida ayuda a Jesus. Lo que no entiendo es el cambio en las traducciones. Parece que manipulan el texto los que hacen las hojitas dominicales.
    Bernardo

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  2. Efectivamente dice "despídela", mostrando que quieren que ya se vaya, y así no seguirla escuchando. Pero no creo que sea una manipulación, más bien es una mala traducción... y es que los traductores de la hoja dominical tratan de poner lo más claro posible el texto, pero casualmente caen en el error de cambiar palabras, con el fin de hacerla entendible. Pero en realidad traiciona el espíritu del texto. El traductor es traidor, y los de las hojas dominicales son muy traidores, pues con el supuesto pretexto de hacer todo entendible y no suscitar dudas, cambian frases, suavizan cosas. Pero es más bien una mala traducción, no tanto una manipulación.

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