19/6/11

Día del Padre

Meditación con motivo del día del Padre

Texto:
San Juan 3,16-18

Hoy en el evangelio se nos muestra el gran amor que Dios tiene que ad a su Hijos y ello, nos muestra el amor que como Padre tiene con sus hijos, con su creación, donde busca la salvación. Y justo al contemplar este amor del padre, el día de hoy celebramos el día del Padre y tomando la imagen de ese amor del Padre podemos meditar en el donde la paternidad que a imitación de él, los papás se esfuerza por vivir su paternidad aquí en este mundo. Por ello, Hablar de la paternidad es hablar de tres cosas, es hablar de vida, responsabilidad y amor. Son estas tres características las que guían precisamente el misterio de la paternidad.
En primer lugar la paternidad es un signo de vida, pues se comienza a ser padre cuando se tiene un hijo, es decir, cuando comienza la vida. Por tanto, la paternidad está estrechamente ligada a la vida. Los hombres están llamados a esta paternidad precisamente porque está el don de la vida, el inicio de una nueva vida es lo que da el inicio a esta vocación de la paternidad. Por tanto, es una vocación que surge cuando la vida de otro comienza. No es una vocación que surge cuando a uno se le ocurre una idea, o cuando le gusta algo, sino cuando surge la vida. Esto es lo hermoso de la paternidad, que es una vocación que inicia cuando surge la vida, y una vida que es pequeña, que empieza a crecer, que empieza a conocer, que empieza a amar, una vida que e inofensiva y débil, y que reclama la ayuda, la protección y el amor. Ahí en ese pequeño cumulo de vida que comienzo, surge esta vocación a la paternidad.
Ahora bien, si bien es cierto que esta vida e el inicio de una vocación, y como su nombre lo dice, es una vocación, una palabra que quiere decir “llamado”. Por lo tanto, la paternidad es una llamada, y por tanto, no todos la aceptan, no todos responden a esta llamada que el inicio de la vida les reclama. Por ello, hablar de paternidad, implica hablar de responsabilidad. Pues el inicio de una vida nueva hace la llamada a ser responsables con esta vida que inicia. Porque esta vida nueva lo une íntimamente a él y lo hace ser su hijo. Ser responsables implica aceptar esta llamada, cuidar de su hijo, alimentarlo, darle lo necesario, protegerlo, educarlo y sobre todo estar cerca de él, escucharlo, comprenderlo, apoyarlo, guiarlo, hacerlo responsable de sus actos, exigirle, en una palabra amarlo.
Y esto nos lleva precisamente a la tercera característica: el amor. La paternidad es un signo de amor, es una vocación a vivir el amor, a experimentar esa donación hacia los demás, a darlo todo por los hijos, estar dispuesto a sacrificar la propia vida para la realización de ellos, a sacrificar tiempo y vida para que ellos crezcan unidos, plenos. Que en este día y siempre sean bendecidos los papás y que este día sea para ellos un signo de agradeciendo por todo lo que han hecho, hacen y seguir haciendo como signo de su paternidad, de su amor y responsabilidad con nosotros que somos sus hijos.

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