24/12/11

«El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz…»

Meditación con motivo de la Solemnidad de la Natividad del Señor (Misa de medianoche)

Textos:
Isaías 9,1-6
Tito 2,11-14
San Lucas 2,1-14

Una de las realidades que aparecen en esta fiesta de la Navidad y que parece darle sentido es el vocablo “luz”, a lo largo de las lecturas y de las oraciones que componen esta celebración podemos observar cómo se repite contantemente esta idea de la luz. Pero ¿Qué papel debe jugar esta luz en torno a esta celebración? De manera especial podemos ver como el papel de este simbolismo de la luz a partir del texto de la primera lectura, que parece colocar los elementos para entender este simbolismo y al mismo tiempo entender el sentido de la fiesta de Navidad.
El texto del profeta Isaías comienza diciendo: «El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.» Nos coloca la situación del hombre en medio de una realidad totalmente ambigua, por un lado es un pueblo que camina en la tiniebla y por otro, la llegada de la luz. La luz en el antiguo testamento de frente a la tiniebla nos coloca ante un simbolismo extraordinario. Nos presenta la ambigüedad de la propia de la realidad, es un símbolo que parece desde el libro del Génesis. La luz es lo primero que aparece cuando comienza la creación, es la luz la que coloca el inicio de todo, es la luz la que vence la tiniebla, es la luz la que le pone sus límites y da el contorno a la realidad. De tal modo que, se reconoce que hay tiniebla pero que es posible vencerla.
A partir de esta realidad podemos ver quela luz tiene un papel preponderante en la historia de salvación pues por medio de la luz, se toma fuerza para iniciar la creación, a desde ahí la luz aparece contrapuesta con las tinieblas tomando diferentes connotaciones. De tal manera que la luz es el símbolo de la vida, pues al vencer a la tiniebla la luz se convierte en una promesa de vida. La creación de este modo es un proyecto de vida, donde la tiniebla- muerte no alcanzará tendrá más fuerza. En segundo lugar esta luz es el símbolo de la armonía, del orden, la luz se convierte en el principio ordenador que establece una armonía con lo creado.
Podemos ver entonces como estos principios de vida y orden relacionados con la luz llevan a una reflexión más profunda en el camino de la teología bíblica. Esto nos lleva a ver la luz con un tercer símbolo que es el de la justicia. De tal manera que la luz sería el símbolo de la justicia que llega, es la justicia que el hombre necesita para salir adelante, para poder encontrar lo que requiere en medio de su historia y alcanzar su realización. Así el binomio luz-tiniebla se convierte en el binomio justicia- injusticia, y la llegada de la luz es precisamente la justicia que el hombre anhela, al estar sometido por la injusticia, la esclavitud del poder que detenta la tiniebla.
Pero si damos un paso más, podemos encontrar un cuarto significado de la luz, el cual está relacionado con la corriente sapiencial. De modo que, la luz sería un símbolo del conocimiento. Es aquello que me da la capacidad de conocer, de entrar en contacto con aquello que da sentido a la vida. Tener la luz, implica tener el conocimiento que disipa toda duda y todo temor, simbolizados por la tiniebla.
Podemos ver entonces que el símbolo de la luz dentro de las Escrituras es amplio y que alcanzará un valor especial en el Nuevo Testamento como signo de liberación y un atributo de Dios mismo como lo mostrará el evangelio de san Juan el día de mañana. Sin embrago, a partir de estos significados podemos adentrarnos ahora en el extraordinario texto de Isaías y permitor que de sentido a la fiesta de la Navidad.
El texto comienza diciendo: «El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.» EL profeta coloca la acción de Dios en medio de las tinieblas en donde camina el pueblo. Si el pueblo camina ente las tinieblas remite a una imagen de terror, pues es complicado caminar en la oscuridad, no se sabe que paso se está dando, no se sabe hacia dónde se va, qué situación se puede uno encontrar. El pueblo que camina en la tiniebla es una imagen de terror, una imagen que provoca miedo e incertidumbre. Con esta imagen el profeta quiere dejar en claro que el pueblo camina en medio de las tinieblas, camina en medio de incertidumbres.
De alguna manera, en ese tiempo, en medio de los conflictos políticos, el pueblo se venía caminando en medio de las tinieblas, no sabían hacia dónde ir. En ese tiempo el imperio Asirio era la potencia dominante, sin embargo se topa con dificultades políticas al interno y eso la deja un tanto debilitada, por lo que los otros imperios como Egipto buscaban sobre ponerse y ser ellos la potencia dominante. De tal manera que la situación era compleja, pues no saber con quién unirse podría provocar una desgracia para todo el pueblo. Pues uno podría unirse con alguna potencia y después ser derrocada, y entonces eso representaría el exterminio de la propia nación. El pueblo de Judea se siente así, nos abe hacia donde caminar, no sabe de parte de quién debe ponerse y recibe diversas presiones políticas por diversos lados. Efectivamente camina en medio de la tiniebla, no sabe qué pasos dar en la vida.
Pero esto sin duda se aplica también a nosotros, siempre existen las tinieblas en nuestra vida, muchas veces caminamos en medio de ellas porque no sabemos hacia dónde dirigirnos, no sabemos hacia donde movernos. Cuántos viven en medio de las tinieblas de la duda, y no saben cómo salir de ellas. Cuantos están en medio de la incertidumbre a causa de un problema y no saben hacia donde caminar. O cuando la enfermedad nos golpea y no sabemos que hacer, y ya no sabemos ni que hacer. O bien cuando llega esa tiniebla de la desilusión porque se frustran los proyectos, nos defraudó una persona, y entonces creemos que ya no vale la pena caminar, porque todo ha acabado, porque todo pierde su sentido, no podemos seguir adelante, no podemos caminar todo es oscuridad.
En medio de nuestras caminatas hay tantas veces necesidad de esa luz, pues estamos inmersos en las tinieblas. Necesitamos esa luz que nos dé la vida, que nos reconforte, que nos enseñe el camino que debemos de seguir. Esa luz que ilumine nuestras mentes, que ilumine nuestra situación y llegue la justicia ante aquellos que nos oprimen. Necesitamos la luz. Y entonces así es como la Navidad se convierte en fuente de luz, fuente de esperanza, fuente de ánimo.
Navidad es luz, porque es la fiesta que nos recuerda que las tinieblas no tienen la última palabra, que las tinieblas no son lo que gobierna, que la oscuridad finalmente será eliminada con un rayo de luz. Todo tiene esperanza, todo tiene solución: Navidad.
Incluso en la misma iconografía de la navidad, aparece la Sagrada Familia y se ve la gruta y como fondo de la gruta la oscuridad, pero al interno se ve la luz que viene de Cristo, pues con él la noche se acaba, con él todo tiene esperanza, con él se acaba la tiniebla, la opresión, la desilusión y el hombre puede caminar para seguir adelante. Incluso en el mismo evangelio los ángeles cuando llegan con los pastores los llenan con la luz, porque la navidad viene a darles una esperanza, ellos que vigilan en la noche, en medio de la oscuridad reciben la luz.
De esta manera Navidad es fiesta de luz, de esperanza, y sobre todo de camino pues si dice el profeta Isaías: «El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz…» quiere decir que ahora llega la luz para seguir caminando sin miedos pues la tiniebla se ha desvanecido. Pidamos al Señor su luz, la luz que nos anima y nos ayuda a seguir adelante.

1 comentario:

  1. ¡GRACIAS A DIOS! ¡GRACIAS PADRE!

    ¡BENDITA ORACIÓN!...
    ¡QUÉ HERMOSA ANTICIPACIÓN:
    "POR LA ENTRAÑABLE MISERICORDIA DE NUESTRO DIOS, NOS VISITARÁ EL SOL (¡¡¡LA LUZ!!!) QUE NACE DE LO ALTO, PARA ILUMINAR A LOS QUE VIVEN EN TINIEBLA Y EN SOMBRA DE MUERTE..."

    ¡GRACIAS A DIOS!
    ¡GRACIAS NIÑITO JESÚS!

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