12/12/09

Fiesta o Fe????

Meditación con motivo de la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe

Textos:
Eclesiástico 24, 23-31
Gálatas 4, 4-7
San Lucas 1, 39-48

Hoy celebramos la solemnidad de la Virgen de Guadalupe, y podríamos preguntarnos cuál es el sentido de dicha celebración, porque si sólo nos quedamos con la algarabía, las mañanitas, los cohetes, la música, el mariachi, pues se queda en una fiesta más, en otro momento más de la vida. Cuál sería la diferencia entre esta festividad, y otra que a nosotros nos guste. En todas hay comida, alegría, música. ¿Qué hace la diferencia entre esta fiesta y otras? ¿Será qué sólo la hemos convertido esta celebración en un pretexto más para tener fiesta?
Creo que no debe ser así, porque esta fiesta realmente debe tener una característica distinta a las demás fiestas, y es precisamente la experiencia de fe. Hoy estamos celebrando una característica fundamental de nuestra vida de fe. Celebrar a la Virgen de Guadalupe no es simplemente celebrar a la Virgen porque se nos ocurre, sino que celebramos un acto de fe. Y al decir acto de fe me refiero a dos cosas. Por un lado estamos celebrando a la Virgen como modelo de fe, si nosotros somos creyentes eso implica que debemos tener un modelo, y es precisamente María el modelo que nos ayuda para segur adelante en nuestra vivencia de fe. Si celebramos a la Virgen no es sólo porque nos cae bien, o porque es milagrosa, o porque es nuestra Madre, en primer ligar porque es quién nos ayuda a caminar en la vida de fe con su ejemplo.
Pero, en segundo lugar, la fiesta de hoy conmemora nuestra experiencia de fe como cultura. LA Virgen María viene a México, no porque se le ocurrió, porque quisiese dejar sólo una imagen. La Virgen ha venido para cimentar nuestra fe. Recordemos que sus apariciones se dan en medio de un ambiente hostil, en medio de una situación de Crisis para el pueblo Mexicano, pues han perdido su cultura, su fe, su identidad; y pareciera que los españoles han impuesto otra realidad totalmente ajena a lo que ellos creen, viven y son. Y justo en ese momento en donde `pareciera que no había ninguna solución para este encuentro de culturas, viene la Virgen con un mensaje de unidad y de reconciliación. La imagen que queda plasmada en el Ayate de Juan Diego es precisamente un mensaje de paz, para aquellos que estaban atribulados.
Por tanto esta celebración, no es otra cosa sino recordar precisamente las bases d nuestra vida de fe. Si hoy hay fiesta, alegría, música, está bien mientras que detrás de todo esto se tenga la convicción del nacimiento de nuestra vida de fe; pero si por el contrario sólo buscamos la fiesta para pasarla, para tomar, para comer; pero sin ninguna expresión de fe creo que esta fiesta ha perdido su verdadero sentido, ha perdido su razón de ser, porque en realidad no celebramos nada. Al terminar esta celebración implicaría que vayamos haciendo más sólida nuestra vida de fe, si María es nuestro modelo de Vida de fe, deberíamos preguntarnos qué tanto dejo que ella me lleve al encuentro con Dios. Sin este encuentro es imposible una verdadera fiesta de la Virgen de Guadalupe. Sin una renovada vida en la fe es absurda la fiesta de hoy. Meditemos si realmente para nosotros significa algo esta festividad, o como de costumbre hemos paganizado una fiesta más…

1 comentario:

  1. Gracias por la imagen de nuestro altar, nos sigue llevando con usted.
    Ma. Guadalupe.

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