16/3/11

Cambio de mentalidad...

Meditación con motivo del Miércoles I de Cuaresma

Textos:
Jonás 3,1-10
San Lucas 11,29-32

En este día en el evangelio podemos ver que Jesús hace una fuerte aseveración contra el pueblo de Israel, pues sólo pide signos para creer, como si la fe se basar sólo en cosas extraordinarias para suscitarla. Por ello Jesús habla de un signo de credibilidad: «Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.» El único signo es el de Jonás, que como hemos escuchado en la primera lectura, el signo de Jonás es la conversión de los paganos. Este signo será capaz de mostrar el sustento de la fe, porque si los paganos se convierten implica que ha descubierto la experiencia de Dios en su vida, y los judíos se han cerrado a ella.
Esto implica que la conversión es un elemento que garantiza la fe. Pues la fe implica una adhesión profunda a Dios, no es simplemente creer un conjunto de cosas, o de enunciados, sino que estamos llamados a adherirnos a Cristo y su evangelio, y eso es un signo de fe. Pero para poder vivir esta realidad es necesario la conversión, pues con la conversión se puede hablar realmente de una adhesión a Cristo.
Pero ¿Qué es la conversión? Muchas veces pensamos que la conversión es cambiar de vida, pero no es así. La conversión es algo más profundo. La palabra conversión viene del griego “metánoia”, que está compuesta por dos vocablos. Por la proposición “metá” y el sustantivo “nous”. La proposición “metá” indica algo que está después de algo, lo que sigue una vez que se terminó o se tiene una realidad, se suele traducir como “después de”. Por su parte “nous”, quiere decir mente, modo de pensar, en el sentido de la sede de los pensamientos, incluso se utiliza para hablar del entendimiento en cuanto la capacidad de comprender las cosas. Podemos decir que el “nous” es la mentalidad, el pensamiento que conforma al hombre.
En este caso “metá+nous”, nos indica lo que está después de la mentalidad, es decir, la conversión no es quedarse con la propia mentalidad, con las propias ideas, sino estar después de ellas, es ir más allá de la mentalidad. Convertirse es un cambio de pensamiento.
Este es el concepto de la conversión, el problema es que a veces entendemos conversión como un cambio de vida, y no es así, la conversión es cambiar de mentalidad, es ir más allá de la mentalidad imperante. Sólo así se cambia de vida, puesto que uno puede iniciar a cambiar su vida, iniciar un nuevo comportamiento, pero si piensa igual que siempre, si se deja llevar siempre por la misma mentalidad, sus obras son meramente exteriores, pero no ha realizado un verdadero cambio, puesto que piensa igual. Puede hacer una obra buena, pero si en la mente cree que la injusticia o la mentira es algo normal, con el paso del tiempo volverá a hacer lo de siempre, pues sus criterios mentales son los mismos.
Sólo cuando el hombre es capaz de transformar su pensamiento, de ir más allá de sus ideas, y más allá de lo que el mundo dice, entonces hará cosas distintas, puesto que sus obras serán consecuencia de su nueva forma de pensar. Si mi modo de pensar respecto a la justicia es potro, por consecuencia voy a ser justo, no es sólo apariencia, no es sólo la obra buena del día, sino parte de mi vida porque así pienso.
El tiempo de cuaresma se vuelve así un recordatorio para ver cuál es nuestro modo de pensar delante de los demás, y ver cuáles son los criterios del Reino y cuál de ellos voy a empezar a hacerlo parte de mi pensamiento, cuál de esos criterios empezará a formar parte de mi. Es momento de meditar, asimilarla, empezar a ver como puede ser parte de mi la verdad, o la justicia, o la escucha, o la misericordia, o la paciencia, o la paz, meditar, empezar a pensar desde esa categoría para que se vaya haciendo realidad. Pues esto es el sentido de la cuaresma, recordarnos que debemos convertirnos, que debemos cambiar nuestra mentalidad y empezar a ser distintos, y esto sólo se logra si vamos encarnando un criterio del Reino, y no sólo con prácticas externas, sino tomando una criterio que se vuelva parte de nuestra vida.

2 comentarios:

  1. PADRE: "ENCARNANDO UN CRITERIO DEL REINO... UN CRITERIO QUE SE VUELVA PARTE DE NUESTRA VIDA..."

    ¡DIOS TODOPODEROSO, TE SUPLICAMOS NOS DES TU BENDICIÓN!

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  2. Una manera de poder llevar este cambio, es dejar de ver un poco la television y estar solos sin ruido, relajarse, respirar con el estomago y la nariz armónicamente, cerrar los ojos y hablar con Dios, tratando de hacer una meditación sobre la manera como queremos cambiar, para dirigirnos a Él con una oración y tratar de hacerlo una vez por semana como mínimo y con mas frecuencia en cuaresma.

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