28/12/10

Navidad: Denuncia del sistema injusto

Meditación con motivo de la fiesta de los Santos Inocentes

Textos:
1 San Juan 1,5-10.2,1-2
San Mateo 2,13-18

En continuidad con lo que nos presentaba el evangelio del domingo pasado, encontramos hoy el acontecimiento que sucede después de que José escucha al ángel y se pone en marcha hacia Egipto. Descubrimos que Herodes manda matar a los niños. ¿Pero qué significa este relato? ¿Qué sentido tiene para el evangelista narrar esta atrocidad? No es que esta sea una de las páginas más bellas de la Escritura.
Para entender este episodio tenemos que recordar que los evangelios de la infancia, no son simples historias anecdóticas de la vida de Jesús, sino que son relatos que tienen una fuerte connotación simbólica. De tal manera que estos relatos tratan de presentarnos el sentido de la misión de Jesús, no sólo contarnos algunas cosas que sucedieron en su infancia, sino que, trata de explicarnos la persona de Jesús. De et manera los relatos de la infancia son una especie de prólogo, en donde el evangelista va explicando quién es Jesús, cuál es su misión y que se va a presentar a lo largo de su evangelio.
En este episodio Mateo nos mete de lleno en un elemento fundamental de la persona de Jesús. Para san Mateo, Jesús es quién cumple el sentido del Antiguo Testamento, y lo lleva a esa plenitud, para Mateo, Jesús recorre los diversos estratos del Antiguo Testamento, por lo tanto, en el se cumple esa historia que ha iniciado y él la llevará a su fin. Ya desde que coloca la genealogía da entender esta realidad, y aquí, podemos centrarnos en un aspecto, y ver a Jesús como el nuevo Moisés, y así como Moisés se escapa de la muerte que ha decretado el faraón para todos los niños del pueblo hebreo, de la misma manera, Jesús se escapa de este decreto de muerte.
De esta manera, san mateo nos presenta a Jesús como el Nuevo Moisés que viene dar la verdadera libertad a la humanidad, escapando de la muerte. Mateo ya nos anuncia que Jesús es quien trae la liberación definitiva, que ya no será la esclavitud de Egipto, ahora será la liberación de la esclavitud de la muerte. Jesús nos viene a liberar de la muerte. Desde el inicio del evangelio ya nos presenta de manera anticipada, la gran novedad que Jesús trae. El niño que nace en Belén, vine a ser el rey, que dará la verdadera y tan anhelada libertad a los hombres, pues el dará la liberación de la muerte. La navidad se convierte así en promesa de una vida nueva, de una vida donde la muerte no puede reinar.
Sin embargo, el relatar la muerte de estos niños, por un lado, pone el parangón con Moisés; pero también nos habla de otras realidades. Jesús viene a salvarnos, pero para ello hay reconocer que en el mundo siempre hay estructuras de muerte, si Jesús se aleja a Egipto, es para mostrar que las estructuras de poder están coludidas con la muerte. Esta lejanía a Egipto, es la denuncia de un poder que lleva a la muerte. Jesús no se queda en medio de ese sistema, nos e queda inmersos en el poder de Herodes, pues es un sistema injusto, que mata, que destruye. Él anuncia la vida, la justicia, el amor, mientras que Herodes anuncia la avaricia, el poder, el odio, la injusticia. Jesús nace en ese imperio, pero no está de acuerdo con él, no está relacionado con esta postura. Jesús sale, pues no está de acuerdo con ese sistema de opresión. Esta salida, se convierte así en una denuncia, pues el reinado de Jesús no es un casarse con el poder del momento, sino una verdadera liberación. Se va. Y desde Egipto, donde se realizó en antiguo la primera liberación, ahora se da a conocer la nueva y definitiva liberación.
Esta es la invitación a descubrir que Jesús no está casado con el poder y todo aquel que sea su seguidor no puede estar con esas estructuras, sería una traición total a la experiencia de fe en Cristo. Esto en el fondo es la denuncia a todo tipo de poder, sea político o sea eclesial, o sea social, pues si uno vive en la dimisión de la fe en Cristo, entonces no debe casarse con el poder imperante. Es una contradicción, pues en el nombre de Cristo se puede (y se han hecho), muchas injusticias. Y en lugar de anunciar el Reino, sólo se colabora con el sistema opresor que mata y destruye.
Esta ruptura con lo injusto y por lo tanto el anuncio de una nueva liberación, causa contradicción en un sistema imperante, y como lo podemos ver en el texto, después de la huída, viene la respuesta de ese poder, de Herodes. Esa respuesta trae la muerte, trae la destrucción, comenzando con los más inocentes, en este caso los niños, los sin valor, los sin derecho. Es un imperio que destruye, que margina, que acaba con las esperanzas, empezando por los más pequeños. En el fondo todo sistema injusto, destruye en primer lugar a los frágiles, y a los fuertes los tratará de corromper.
Celebrar la fiesta de los inocentes implica reconocer cuál es el objeto de la navidad: celebrar a Dios que se hace carne, para salvarnos, para alejar nos de la destrucción, y denunciar esas estructuras de murete. Esto implica persecución, pero al final, ese niño de Belén, nos dará la vida definitiva, una vida que ni Herodes, ni los poderes dominantes podrán ofrecer, pues ellos de antemano viven inmersos en la muerte.

2 comentarios:

  1. PADRE SOY SEGUIDORA FIEL DE LA LIBERACIÓN DE TODO PODER ¡SÓLO DIOS NUESTRO SEÑOR, AHORA Y SIEMPRE!¡GRACIAS PADRE!

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